CORONAVIRUS

Racismo contra la comunidad china: "Son responsables de las muertes"

La Policía de Moaña (Pontevedra) busca a los autores de unos pasquines por posible delito de odio contra los ciudadanos del país asiático.

Racismo contra la comunidad china: "Son responsables de las muertes"
ALEX PLAVEVSKI EFE

La Policía investiga un posible delito de odio en Moaña (Pontevedra) después de hacerse con unos folletos que acusan directamente y sin pruebas a la comunidad china de la propagación del coronavirus en España. “Trajeron esta pandemia que nunca nos imaginaríamos” porque “nos iban a enfermar España, con casi 30.000 muertes”, se puede leer en las notas sin firmar bajo el título Los CHinos. Los escritos se encontraron en los parabrisas de los coches y en las tiendas de varios ciudadanos del país asiático.

También se acusa (sin pruebas nuevamente) a la comunidad china del municipio gallego de ser la tapadera de mafias de trata de blancas. Su manera de vivir tampoco escapa del pasquín anónimo: “Todos juntos con ratas, murciélagos, perros, serpientes, gatos y todos estos animales sin pasar ningún control”.

“Que coman lo que quieran pero que el problema es que tienen tiendas por toda España y que viajan constantemente... y que ellos son los responsables de las muertes y del cierre de negocios”, continúa.

Según Antena 3, los comerciantes de Moaña aseguran que la convivencia es buena con la comunidad china, que no quiere saber nada del tema, y que no tienen nada en contra de ella.

¿El virus llegó en otoño?

China fue el epicentro de la pandemia. Los primeros brotes del coronavirus se descubrieron en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, situada en el centro del país, en el mes de noviembre, pero según un estudio publicado por la Harvard Medical School, la enfermedad pudo llegar antes: a comienzos de otoño de 2019. Para afirmar esta teoría, la institución se apoya en los picos inusuales de tráfico en torno a los cinco hospitales más grandes de Wuhan obtenidos por imágenes vía satélite en esa época. El Gobierno chino ha atacado el estudio: “Es increíblemente ridículo”.