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Coronavirus

Muere uno de los médicos chinos que se volvió negro por un tratamiento contra la COVID-19

El doctor fallece tras cuatro meses de lucha contra el coronavirus. Su caso se viralizó después de que su piel se ennegreciera por el suministro de fármacos.

Muere uno de los médicos chinos que se volvió negro por un tratamiento contra la COVID-19

Uno de los médicos chinos que se volvió negro tras aplicarle un tratamiento contra el coronavirus ha fallecido a causa de las dolencias que le ha provocado la COVID-19. Hu Weifeng, urólogo del Hospital Central de Wuhan, ciudad origen de la pandemia, murió el pasado viernes después de cuatro meses de tratamiento y de lucha contra la enfermedad, según ha informado la agencia AFP.

Hu Weifeng se hizo mundialmente conocido después de que los medios chinos mostraran imágenes en las que se apreciaba su piel ennegrecida debido al daño hepático causado por el tratamiento de la COVID-19. Fueron muchas las hipótesis que se barajaron. En Italia, Gianni Sava, profesor de Farmacología en la Universidad de Trieste, apuntó a fármacos que pueden provocar la hiperpigmentación de la piel como la cloroquina, ya que provoca un cambio en la piel, volviéndose “más oscura”, pero afirmó que sin saber más datos, no se podía ser más preciso.

Su compañero recuperó el color de su piel

El examen histológico de las áreas afectas por la hiperpigmentación en pacientes tratados con cloroquina indica que se produce un aumento de la melamina epidérmica y el depósito de hemosiderina (pigmento de color amarillo) en la dermis. Este efecto en la piel provocado por algunos medicamentos tiene ser a reversible, aunque es un proceso lento y depende las dosis suministradas. Por ejemplo, el compañero de Hu, Yi Fan, que también mostró síntomas similares en su piel, ya se ha recuperado, ha recibido el alta y su color de piel ha vuelto a ser el anterior a la infección.

China vuelve a registrar una muerte por coronavirus tras varias semanas sin producirse ninguna. El país ha recuperado poco a poco su normalidad, aunque está muy atento a posibles rebrotes. En total, 4.634 personas han perdido su vida a causa de la COVID-19, una cifra muy inferior respecto a la que han tenido otros países.