Suecia, coronavirus y la inmunidad de rebaño: ¿por qué la cataloga de peligrosa?
El país nórdico acumula cifras de contagios y muertos peores que las de sus vecinos escandinavos tras rechazar las medidas de confinamiento.
Sucedió en el Reino Unido y ha acabado sucediendo en Suecia. Buscar la llamada 'inmunidad de rebaño', un contagio masivo de la población de un país para que desarrolle anticuerpos mientras la economía sigue funcionando, no parece ser la estrategia más adecuada contra el coronavirus.
Lo dicen los números. Si en Dinamarca o Noruega, que pusieron en marcha ciertas medidas de confinamiento, las cifras de contagios son de 11.166 y 8.257, y las de muertos de 548 y 233, respectivamente, el balance se dispara hasta 30.377 y 3.698 en el caso de la vecina Suecia.
Allí sólo se han cerrado universidades y se han recomendado cosas que en otros países eran de obligado cumplimiento. La hostelería ha seguido funcionando con normalidad y han sido habituales las imágenes de terrazas llenas en Estocolmo y otras ciudades del país, tomado como uno de los ejemplos de gestión dentro de la pandemia mundia. Todo con el objetivo de alcanzar a finales de mayo una inmunidad del 40% de la población que dificultáse la propagación del virus en una segunda oleada prevista para otoño, según el estratega en esta materia del gobierno sueco, Anders Tegell.
Pues bien, los estudios de seroprevalencia realizados en países mucho más afectados que Suecia, como España o Francia, arrojan resultados que echarían por tierra esa teoría. En España se habría contagiado, con lo que se sabe a día de hoy, un 5% de la población; en Francia, un 4,4%. Ambos porcentajes muy lejanos al 60% que marca la comunidad científica para poder hablar de inmunidad de rebaño.
Con los datos en la mano, Suecia tiene 365 muertos por millón de habitantes, un balance superior incluso que el de Estados Unidos, el país más afectado, si bien el desfase de población entre uno y otro es de unos 318 millones de personas. Y muy por encima también de estados cercanos que sí han apostado por el confinamiento, como Noruega (43 muertes por millón), Dinamarca (94) o Finlandia (54). Podría decirse que su gobierno ha sacrificado vidas en aras de una meta que no se ha alcanzado. Algo parecido sucedió en Reino Unido, que perdió un tiempo precioso intentando salvar la economía cuando el coronavirus ya llamaba a su puerta y va por 247.709 casos y 34.876 muertos, más que nadie en Europa.
Una estrategia "realmente peligrosa"
Aunque Tegnell dijera no creer que ningún país estuviése en disposición de alcanzar la inmunidad de grupo "en el sentido de que la enfermedad desaparezca", lo cierto es que las medidas del gobierno al que asesora iban encaminadas a lograr una expansión mucho mayor del patógeno que no se ha producido pero sí se ha cobrado vidas por el camino. Una estrategia contra la que ya alertaron desde la OMS, cuyo director de Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, dijo que era "realmente peligrosa", o desde la Universidad Johns Hopkins, en la que consideran este enfoque "erróneo".