El índice de precios de consumo (IPC) ha vivido este mes de abril el primer descenso de este indicador desde agosto de 2016, un 0,7% menos en comparación con el mismo mes de 2019. Una caída provocada por el abaratamiento de los carburantes, pero que también conlleva una subida de hasta el 10% en alimentos frescos, donde 50 productos comestibles han aumentado sus precios durante el estado de alarma por los siete que se han abaratado.

En el mes de abril se ha producido una subida del 6,9% de los alimentos frescos en tasa anual, tres puntos superior a la registrada el mes anterior para un crecimiento del 10% durante el confinamiento. La fruta ha vivido un crecimiento del 1,6% durante el último mes, lo que en total supone un incremento acumulado del 12,8% en un año. El pescado fresco también vive un aumento de precio notable respecto al año pasado, creciendo en un 2,7% en el mes de abril y costando un 10,5% más que en abril de 2019. 

Las legumbres y hortalizas crecen más del 10%

Las legumbres y hortalizas frescas se dispararon durante el pasado mes con un aumento del 10,4% respecto a marzo; el marisco fresco (+3,5%) y las patatas (+2,6%) también sufrieron un crecimiento en sus precios considerable, mientras que el mayor descenso se lo anotó la carne de ovino (-2,1%). 

Un aumento en los precios que va más allá de los alimentos frescos. Ciertos productos, como pizzas (+3,6%), las pastas alimenticias o los zumos de frutas (+2,5%) colaboran para una subida de la tasa mensual de los alimentos envasados. Otros productos muy recurridos durante la cuarentena, como la cerveza vivió el mayor encarecimiento histórico (2,1%). El descenso del IPC se debe al abaratamiento del gasóleo para calefacción y la electricidad, con bajadas del 18,1% y del 5,8%, respectivamente.