¿Será necesario prorrogar el estado de alarma tras el 24-M?
El Gobierno sacó adelante su cuarta prórroga, aunque con apoyos menguantes. El plan de desescalada en cuatro fases depende de que el estado de alarma no decaiga.
Con apreturas, pero el Gobierno de Pedro Sánchez logró sacar adelante su cuarta prórroga del estado de alarma, la que extenderá la medida hasta el 24 de mayo y que fue aprobada con 178 votos a favor, 75 en contra y 97 abstenciones. El Partido Popular amagó durante los días previos con votar que no, aunque en el momento de la verdad decidió abstenerse; lo hizo, eso sí, cuando el Gobierno ya había alcanzado la mayoría, tras pactar con Ciudadanos y el PNV. Junto a ambos votaron a favor PSOE, Unidas Podemos, Más País, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Compromís y Teruel Existe.
La primera prórroga fue aprobada con 321 votos a favor, hasta Vox apoyó al Gobierno; la segunda salió adelante con 270 votos a favor; la tercera, con 269; y esta cuarta, con 178. Un apoyo menguante que genera una duda razonable: ¿saldría adelante una quinta prórroga del estado de alarma? Y lo que es más importante: ¿será necesaria dicha prórroga?
La primera pregunta está mucho más abierta. El apoyo de los partidos en relación al estado de alarma ha perdido fuerza, pero si la situación lo aconseja no hay motivo para pensar que el Gobierno no pueda reeditar la mayoría con la que aprobó la cuarta prórroga, sino con una mayor. Sin embargo, es la segunda pregunta la que tiene una respuesta más evidente: sí. Al menos, si el plan de desescalada del Gobierno quiere seguir adelante, pues la restricción de la movilidad es la base de dicho plan, sobre todo en la medida en que la unidad de acción en el desconfinamiento es la provincia o la isla; restringir la movilidad entre territorios es clave.
Imprescindible para controlar el movimiento
La caída del estado de alarma impediría al Gobierno controlar el movimiento de los ciudadanos, tanto en las ciudades como en trayectos entre provincias; sólo podría recomendar seguir con el confinamiento, pero no tendría potestad para imponerlo. Sólo se podrá abandonar una provincia o isla cuando tanto el origen como el destino hayan superado las cuatro fases de la desescalada, pero esa imposición sólo puede articularse a través del estado de alarma.
Las fechas tienen su importancia: los territorios que deseen pasar a la Fase 1 podrían hacerlo desde el 11 de mayo, siempre que así lo autorice Sanidad. Madrid, Cataluña o Andalucía ya han comunicado que lo solicitarán, aunque no para la totalidad de sus territorios. Las islas de Formentera, La Gomera, El Hierro y La Graciosa ya están en Fase 1 desde el pasado 4 de mayo y el 11 podrían llegar a la 2, igualmente si Sanidad lo autoriza. Así pues, esas cuatro islas podrían entrar en la Fase 3 para el 25 de mayo (las fases se revisarán cada dos semanas) y los territorios que hayan pasado a Fase 1 el 11, a la Fase 2. En ningún caso habría territorios que hubiesen dejado atrás la desescalada por completo, por lo que la restricción de la movilidad seguiría siendo imprescindible.
Dos prórrogas más
El Gobierno arrancó el plan de desescalada el pasado 4 de mayo con una perspectiva muy optimista de seis semanas y otra más conservadora de ocho; en esos plazos se mueve el Ejecutivo, por lo que el final del desconfinamiento, en el mejor de los casos, no sería hasta el 15 de junio para la gran mayoría del territorio nacional, en el mejor de los casos; o hasta el 29 de junio, si la proyección de las ocho semanas acaba siendo más adecuada, lo cual es posible para zonas muy pobladas, como Madrid o Barcelona. Para que el plan del Gobierno se cumpla, también debe hacerlo el estado de alarma, por lo que harían falta dos o tres prórrogas más.