Coronavirus

Bodas, bautizos y comuniones: cancelaciones y qué derechos tengo

El estado de alarma ha impedido la celebración de estos eventos. Las parejas y familias se preguntan ahora cómo actuar cuando ya tenían todo organizado.

Bodas, bautizos y comuniones: cancelaciones y qué derechos tengo
HECTOR RETAMAL AFP

El decreto del estado de alarma y el consiguiente confinamiento ha dado al traste con la celebración de bodas, bautizos y comuniones. La pandemia del coronavirus ha cancelado o aplazado estos eventos festivos, muchos de ellos a punto de celebrarse.
Cómo proceder ante esta situación es la principal preocupación de parejas y familias que tenían ya todo programado y organizado.

Los eventos de marzo y de abril ya no se han podido oficiar (salvo los que estaban bajo "peligro de muerte), mientras que los de mayo, especialmente un mes de comuniones, se dan por perdidos, porque en el mejor de los casos la desescalada se estará produciendo en nuestro país y los espectáculos de ocio y congregaciones de muchas personas aún no estarán contempladas. A partir de junio se empieza a abrir el horizonte, pero la incertidumbre tiene en vilo a novios y familias.

Las principales dudas que se plantean es cuándo celebrar la boda, bautizo o comunión y qué pasa con lo que ya estaba contratado como el lugar del convite, los extras inherentes a él o la luna de miel. Lo primero de todo es saber cuándo celebrar el evento. En cuanto a las comuniones, probablemente se celebrarán en otras fechas con otoño como principal opción, de hecho ya se maneja el mes de octubre como alternativa.

Con la fecha de las bodas o los bautizos, la complicación será mayor. Si se opta por cancelar, no se tendrá que buscar otro día, pero si se aplaza, lo más natural, habrá que determinar cuándo hacerlo y cómo actuar, con el problema añadido que ya estarán agendadas muchas bodas el próximo año y será más difícil encontrar fechas deseadas. Los novios tendrán derecho a recibir otra fecha, pero tendrán que ajustarse a lo ya programado. Dirigirse al ayuntamiento de turno o a la iglesia donde se preveía celebrar será el paso para volver a conseguir otro día.

Reclamar los servicios contratados

Los servicios contratados, sin embargo, son el principal campo de batalla. Los novios y los padres que celebran el bautizo o comunión de su hijo ya habrían hecho gastos y contrataciones. La principal duda es qué y cómo reclamar. A este respecto, Rubén Sánchez, portavoz de Facua, organización que defiende los derechos de los consumidores, afirma que se pueden ejercer una serie de derechos: “Con la entrada en vigor del decreto del estado de alarma se puede pedir la devolución íntegra del dinero del banquete, aunque mucha gente está aplazando por solidaridad para no pedir la devolución. En esta situación conviene fijar una nueva fecha entre las partes y solicitar por escrito que se mantenga el precio acordado la primera vez”, apunta. La principal preocupación para los novios es conseguir una fecha para oficiar el enlace y que el salón esté disponible el mismo día.

En cuanto a los viajes, excursiones y hoteles reservados para disfrutar de la luna de miel, Rubén Sánchez también se manifiesta al respecto, aunque hay varios escenarios. Si se ha contratado el paquete completo con una agencia, en su totalidad y con todos los servicios a la vez, la devolución “debe ser íntegra”, según el portavoz de Facua. Si, por el contrario, los novios lo han organizado por su cuenta, han comprado los vuelos y reservado los hoteles de forma autónoma, será más difícil. Además, en muchos casos los vuelos no estarán cancelados y los hoteles no estarán cerrados, según el lugar donde estuviera previsto viajar. “Si los vuelos no están cancelados y los hoteles no están cerrados, reclamar será más difícil. Dentro de la UE tenemos una normativa común y muchos mecanismos para salvar esta situación. En otras partes del mundo será más difícil, aunque no imposible”, asevera Sánchez.

En definitiva, la pandemia de la COVID-19 ha arrasado con planes tan bonitos e inolvidables como bodas, bautizos y comuniones. Qué hacer, cómo actuar y reclamar y preparar otra celebración preocupa ahora más que el propio acto en sí. Queda claro que el coronavirus ha trastocado la vida de los ciudadanos.