El papel del Ejército en la crisis del coronavirus no se limita únicamente a la desinfección de edificios y localidades a lo largo de todo el país, sino que también es importante su labor en la creación fármacos que ayuden a vencer al COVID-19. Al margen de la Operación Balmis en las calles, el Centro Militar de Farmacia de la Defensa trabaja sin descanso en la producción de medicamentos que ayuden a la población.

Así lo ha confirmado el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villarroya, en la comparecencia diaria del Comité Técnico de Gestión del coronavirus en el día de hoy. Las dos unidades de este centro, situadas en Colmenar Viejo y Burgos, tienen la orden de centrarse en las necesidades que requiere la actual crisis sanitaria.

Así, con el objetivo de "adelantarse a posibles desabastecimientos y asegurar las existencias", se fabrican a diario cápsulas de paracetamol, soluciones hidroalcohólicas y un antiviral de amplio espectro. Además de todo esto, el centro de Burgos se ha adaptado para la fabricación de mascarillas quirúrgicas, uno de los productos más destacados en estos días.

Precedentes de la Gripe A

Del mismo modo, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa destacó que no es la primera vez que dicha unidad arrima el hombro para producir el material sanitario necesario, pues en 2009, en la crisis sanitaria por la Gripe A, se fabricaron más de 30 millones de dosis de antivirales para el virus H1N1.