El coronavirus ha cambiado a la familia Cebrián Gervas, residente en Valladolid. Formada por los dos padres y 11 hijos, todos han contraído el coronavirus. Uno a uno. Ninguno se ha salvado. Primero dio positivo la madre, Irene. Poco tardó en darlo su marido, José María, que ya se encontraba mal cuando su mujer supo que estaba contagiada.

Cuando quisieron tomar medidas de aislamiento para evitar propagar el virus a sus hijos, ya era tarde. Fueron teniendo síntomas uno a uno, hasta que los 13 miembros de la familia estaban infectados. Afortunadamente para los niños, cuentan los padres en El Norte de Castilla, en sus casos los síntomas les duró muy pocos días. Un poco de dolor de cabeza, vómitos o un poco de fiebre, pero un virus pasajero para ellos al fin y al cabo.

Como todos los miembros de la familia estaban infectados, la principal preocupación no era tanto pegarse el virus entre ellos, puesto que ya lo habían hecho. El principal problema no era transmitirlo a más gente de fuera del núcleo familiar. Si en una casa hay alguien infectado, esa persona se aísla dentro del domicilio y no tiene contacto con el resto. En este hogar de Valladolid, se tenían que tomar estrictas medidas de cuarentena (que podría alargarse hasta mayo) para no propagar el virus en el exterior de su vivienda.

Y una de ellas fue resolver cómo hacer la compra o ir a la farmacia para comprar el paracetamol que tanto ha aliviado a la familia. El encargado fue el hijo mayor, de 14 años, que ha salido para ir a la farmacia tomando estrictas medidas utilizando guantes y mascarilla para no propagarlo.

La compra, por su parte, han decidido hacerla por internet. La indicación que dan a los repartidores es dejarla en el ascensor de su urbanización y es de nuevo el hijo más mayor el que se encarga de introducirla en casa. Lo mismo con comida cocinada que les traen familiares o amigos, que para evitar contactos lo dejan en el rellano.

Mensaje del alcalde de Valladolid

La ayuda a esta familia inequívocamente numerosa ha llegado incluso de parte de las instituciones. Tras un tuit de Irene, la madre, en la que mostraba cómo luchaban los 13 contra el coronavirus, fue el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, el que mostró su disposición y ayuda por mensaje privado, algo que agradecieron desde la familia.

El día a día de esta familia no es diferente al de otra que también está confinada durante estos días en los que está decretado el estado de alarma. Los dos padres teletrabajan en sus respectivas actividades profesionales (ella es enfermera en Renault; él ingeniero y profesor en la Escuela de Diseño). Los niños ‘van’ a clase de forma virtual por las mañanas. Después, tiempo de ocio y de lucha contra el virus.

Esta familia no ve el momento de volver a ver a sus seres queridos y de recobrar su vida diaria. El Gobierno ha abierto la puerta a la posibilidad de que los niños puedan salir a la calle, pero Irene y José María son prudentes porque saben que pueden provocar muchos contagios en Vallaolid, por lo que creen que su cuarentena durará un poco más que la del resto de españoles.

Sin duda alguna, el coronavirus les ha cambiado la vida, o al menos durante todo este tiempo de cuarentena. Una estricta, pero necesaria y responsable cuarentena que podría alargarse hasta mayo. Todo para vencer al virus.