El coronavirus no entiende de fronteras. Fruto de ello, son la gran cantidad de países que están sufriendo en sus carnes sus efectos, ya sea en forma de personas contagiadas o de fallecidas al no poder superar la enfermedad. El primer caso por esta enfermedad se hizo público en China, aunque en Italia ya se avisó de una extraña neumonía entre noviembre y diciembre.

Precisamente, el país asiático es una de las dos naciones que ha dado por superado su pico de contagios. Tras desatarse allí la crisis, el pasado 12 de marzo afirmaron haber pasado lo peor de la pandemia: "Los casos nuevos siguen disminuyendo. Creemos que hemos superado el pico del actual brote epidémico, que ahora se mantiene en un nivel bajo", afirmó el portavoz de la Comisión Nacional de Salud chino, Mi Feng.

Otra región asiática, Corea del Sur, también ha visto cómo su enorme esfuerzo tenía recompensa. En tan sólo tres semanas, se observaron tendencias positivas en su curva de contagiados, y su principal foco estaba situado en Daegu. Una de las claves para frenar la enfermedad es que Corea del Sur testó a más de 227.000 personas, la mayor tasa a nivel mundial.

Disparado en Europa y Estados Unidos

Pero si en Asia ya se han producido los primeros indicios de control de la situación, no ha sido así en Europa. Italia y España encabezan el ránking de países afectados por el brote, pero otros como Francia o Reino Unido han visto cómo han tenido que pedirle más confinamiento a sus habitantes para frenar los casos.

Especialmente preocupante también es el caso de Estados Unidos, que en tan sólo unos días ha pasado a ser la nación con más contagiados del mundo. Su principal foco radica en Nueva York, donde llegó ayer un buque con más de 11.000 camas y 12 quirófanos para desatascar la situación de los hospitales neoyorkinos.