El coronavirus llegó a China el pasado mes de diciembre de 2019 y pocos podrían imaginar en aquel momento la incidencia y los daños que iba a causar a lo largo del mundo. España e Italia son los países más afectados en Europa, pero el virus se sigue propagando por todo el mundo.

La propagación del COVID-19 ha sido más rápida de lo previsto y, desde hace algunas semanas, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, sus siglas en inglés) recomiendan el uso de mascarillas en los casos en que se presenten síntomas de la enfermedad y para los sanitarios que trabajen con pacientes. En esas semanas se extendió una información referida a los problemas de contagio que podrían tener los hombres con barba.

Esa información se generó debido a un testimonio de la misma CDC en la que aconsejaba a los trabajadores que estaban en contacto con respiradores se quitaran la barba. Sin embargo, la infografía a la que se hacía referencia para justificar este supuesto (el que los hombres con barba tenían más posibilidades de contagio) era de 2017 y mostraba que hay cierto tipos de mascarillas que son más efectivas si se aplican en caras con poco pelo.

Nada tiene que ver con la actual crisis del coronavirus. Los hombres con barba no tienen más probabilidad de contagiarse del coronavirus y, de hecho, la OMS no recomienda usar mascarilla si no se tienen síntomas. Ese gráfico se publicó en el marco del No-Shave November, una iniciativa que luchaba contra el cáncer de próstata y que consiste en no afeitarse durante el mes de noviembre.

De hecho, la propia organización de los Centros para el Control y la Prevención (CDC) desmintió en sus redes sociales el bulo que estaba circulando. La crisis del coronavirus está cada vez más cerca de alcanzar su punto álgido en países como España e Italia, que cuentan con más de 33.000 y 63.000 contagiados respectivamente, mientras los Gobiernos siguen luchando para frenar una epidemia que ya se ha convertido en pandemia.