Una corrida que perfectamente hubiese terminado con cinco orejas cortadas, solo una del sexto, pudo ser paseada por el redondel. Y cómo es lógico, este solo trofeo no representa lo que fue la penúltima corrida de la feria, donde por cierto, se registró la mejor entrada hasta el momento, casi lleno.

El encierro de Ernesto Gutiérrez muy disparejo en presencia y en juego. Los hubo bravos y con nobleza - características de este hierro- siendo premiado el tercero con vuelta al ruedo y también escasos de raza con peligro. Y no faltó el manso que contrariando el popular adagio, "sí hay quinto malo".

Abrió la tarde el colombiano Diego González con un toro escaso de raza y muy complicado, sobre todo para este diestro de pocas corridas en el año. Una faena de aliño, dos pinchazos y una contraria acabaron con este toro gazapeador y sin fijeza. En el cuarto, sufrido con un puntazo a nivel de la ingle derecha que le mermó lógicamente facultades y encima soportar al viento. Mató de una contraria y pasó él mismo a la enfermería escuchando palmas a su valor.

Todo estaba dispuesto para que El Juli se llevara hoy todos los trofeos. Su primero un auténtico "bombón" de los que este hierro ofrece en su casa, en Manizales. La faena ha sido completísima, lances variados de recibo, incluyendo el quite ajustadísimo por chicuelinas. Con la muleta El Juli ha mostrado toda su tauromaquia, con empaque y poderío. Todos los pases, por bajo en redondo y con temple exquisito al compás del pasodoble, pero no hay dicha completa, dos pinchazos y varios descabellos le impidieron pasear las dos orejas. Y en su segundo - el quinto malo- pegó todos los pases habidos y por haber a un manso que corrió siempre. Hasta con la estocada caída intentó saltar al callejón.

Luis Bolívar estuvo en torero toda la tarde. Sensacional ha sido su faena al primero, muy completa, artística y del regusto de los aficionados que con los olés acompañaron las series de mano muy baja en redondo por ambos pitones. Una media espada tendida y tres descabellos le quitaron las orejas que ya pedían desde los tendidos. El toro, de mucha calidad, recibió los honores de la vuelta al ruedo. Menos mal que en el sexto pudo pasear la única oreja de la corrida, a pesar de lo complicado que fue el toro y que se vino a menos al promediar la faena. El solo estoconazo! Valió el premio.