No todo es dieta o ejercicio físico a la hora de mejorar la salud y reducir el riesgo de mortalidad prematura. Hay muchos factores que intervienen en la ecuación. Al menos es una de las principales conclusiones de un trabajo galardonado con el premio a la investigación mejor valorada en el ‘XVI Congreso Mundial de Salud Pública 2020’ y que ha sido publicado en el 'American Journal of Preventive Medicine (AJPM)'.

Y es que aspectos como juntarse con los amigos más de una hora al día, dormir una siesta diaria de 30 minutos e incluso trabajar, entre otros, harán que vivamos más y mejor tras analizar los datos de más de 22.000 voluntarios adscritos al 'Proyecto SUN' de la Universidad de Navarra. De hecho, este estudio analiza conjuntamente diez factores de vida saludable y concluye que, a igualdad de edad, cumplir al menos siete de ellos reduce un 60% el riesgo de mortalidad prematura.

“Un aspecto muy interesante del estudio es que muestra que actos tan cotidianos y asequibles como los incluidos en esta escala reducen sustancialmente el riesgo de muertes prematuras, con independencia de otros factores de riesgo, como hipertensión, diabetes, o colesterol alto, entre otros”, resalta Maira Bes-Rastrollo, del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.

“Esta escala de factores puede ser una herramienta muy práctica y útil para promocionar un estilo de vida saludable y reducir las muertes prematuras en toda la población. Los resultados reflejan la importancia de fomentar estilos de vida saludables como pilares de la atención médica, y la promoción de la salud”, concluye Liz Ruiz-Estigarribia, primera autora de la publicación.