A la hora de practicar running hay muchos errores que puedes cometer si eres principiante; incluso si eres un experto, podrás despistarte de tu buen rutina si te dejas llevar por atajos que no siempre son tales.

Para empezar, o continuar, con una buena rutina de entrenamiento, y que correr sea una práctica divertida, una pasión, y un deporte con el que vivir alegrías, aunque también penas, es mejor que tengas claro que cometerás errores. Pero, de momento, te ayudamos con estos 8 consejos para intentar cometer los mínimos.

Llevar un diario de carrera, será una de las mejores herramientas para controlar cómo vas evolucionando, no sólo a nivel físico, sino también a nivel mental, casi más importante casi. Sensaciones, emociones, lo que ves, lo que notas... Si haces carreras, cómo la afrontas, cómo te sientes a cada kilómetro… Y, si fallas, por qué puede haber sido.

No hay un entrenamiento perfecto, cada uno podemos adaptarnos a nuestra realidad, situación, características, estilo… no debes copiar a otros corredores sino aprender de cada situación que afrontes y mejorar tu propio entrenamiento cada día según lo que vas aprendiendo, creciendo en carreras, de las lesiones, que es una parte de mejora muy importante.

Mezcla los días de esfuerzo: día duro, día sencillo, día de entreno intenso, día suave de carrera… es lo mejor que puedes hacer para afrontar cada reto que te plantees. Aumentar las tiradas, correr más, participar en tu primera maratón, o plantearte hacer pruebas más largas e intensas.

Metas de tres semanas: Para conseguir retos, lo mejor es planificar durante tres semanas, que es la medida marcada por los expertos para conseguir cambios. Si en tres semanas has conseguido modificar algún ritmo, alguna zancada… conseguirás lograr ese cambio para una carrera o para superar una lesión.

Elige bien en quién te inspiras: No te dejes llevar por los influencers famosos que pueden lanzar mensajes fáciles pero no reales. Busca referentes profesionales que sepan de lo que hablan.

No corras: literalmente, no corras a conseguir retos rápidos, marcas que son imposibles, entrenamientos que puedan dañarte… Es mejor que des pasos firmes y seguros, sin prisa, y que se afiancien en tu rutina, que lanzarte a retos imposibles y de los que no puedas salir.

La importancia del entrenamiento invisible: descansar bien, comer de manera saludable, despejarse, incluso no entrenar, será super importante para disfrutar el deporte y no obsesionarte.

Entrena tu mente: tan poderosa como tus piernas cuando vayas a correr. Una mente sana, equilibrada, que sepa cuándo sacar lo mejor de ti, cuándo sacar fuerzas de donde no hay, que sepa visualizar los objetivos, será una herramienta clave en tu entrenamiento. Si realizas sesiones con un psicólogo, o un buen profesional del coaching, estarás beneficiando también tus rutinas de entrenamiento.