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NUTRICIÓN

Las pizzas, hamburguesas y patatas fritas vuelven a los colegios por orden de Trump

El presidente de EEUU borra de un plumazo los esfuerzos de la anterior administración e instaura nuevas reglas que permitirán a las escuelas reducir la cantidad de verduras y frutas, y ofrecer la denominada comida basura.

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NICHOLAS KAMM AFP

La huida hacia adelante de Donald Trump parece no tener límites en todo lo que se refiere al medio ambiente y a la salud. Considerado uno de los mayores negacionistas de la actualidad en cuanto al cambio climático, el presidente de EEUU ha decidido finiquitar los estándares nutricionales que impulsó la exprimera dama Michelle Obama, precismanete el mismo día en el que cumplía años. Un ‘regalo’ que viene a confirmar el nulo compromiso de Donald Trump en la lucha contra la obesidad infantil.

Y es que el máximo mandatario norteamericano ha impulsado, a través del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) cuya responsabilidad es diseñar las comidas que alimentan a casi 30 millones de estudiantes en 99.000 escuelas, unas nuevas reglas que permitirán a los centros educativos, entre otras cosas, reducir la cantidad de verduras y frutas que debe incluir el menú escolar y les facilitará ofrecer más pizzas, hamburguesas y patatas fritas. Además, los colegios también podrán disminuir la variedad de los alimentos frescos que se da a los estudiantes.

Es decir, no es que Donald Trump obligue abiertamente y de manera explícita a abanonar una dieta saludable en favor de otros modelos menos adecuados, pero ha instaurado el marco legal y las recomendaciones que lo harán posible a partir de ahora.

"Las escuelas y los distritos escolares continúan diciéndonos que todavía hay demasiados desperdicios de alimentos y que se necesita una mayor flexibilidad para proporcionar a los estudiantes comidas nutritivas y apetitosas. Les hemos escuchado y nos hemos puesto a trabajar", ha explicado el secretario de Agricultura, Sony Perdue, en un comunicado compartido por la USDA.

Reacciones a la medida

Obviamente las reacciones no se han hecho esperar tanto en un sentido como en otro. La ‘Asociación para una América más saludable’, que precisamente preside honoríficamente Michelle Obama ha respondido por medio de su directora a la nueva ocurrencia de la administración Trump.

Los nuevos cambios propuestos parecen ser un paso en la dirección equivocada. Dejando a un lado la política, la ciencia sugiere en los últimos años que deberíamos aumentar el consumo de frutas y verduras frescas en cada comida. Especialmente, los niños pequeños necesitan una gran cantidad de frutas, verduras y verduras sin procesar y fáciles de comer”, explica Nancy E. Roman.

Sin embargo no faltan los defensores de la nueva medida adoptada. Es el caso del Consejo Nacional de la Patata, un grupo de presión para potenciar el consumo de ese alimento, que ha utilizado la red social favorita de Trump, Twitter, para defender la necesidad de la nueva norma, que hará posible que los niños no renuncien al aporte de proteínas, fibras y carbohidratos que ofrece este producto para garantizar el “éxito en sus escuelas".

El cambio de normativa es el último ejemplo de hasta que punto Donald Trump ha demostrado su indiferencia hacia determinadas cuestiones relacionadas con la salud y sus ansias de revanchismo político desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.