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Los ricos también lloran… pero viven más y mejor

Una nueva investigación a cargo de la Universidad College de Londres (Reino Unido) concluye que el nivel económico de las personas puede implicar vivir ocho o nueve años más libres de discapacidades y enfermedades.

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La enfermedad nos iguala a todos, pero a unos les cuesta menos llegar que a otros. Al menos es lo que se desprende de una nueva investigación a cargo de la Universidad College de Londres (Reino Unido) concluye que el nivel económico de las personas puede implicar vivir ocho o nueve años más libres de discapacidades y enfermedades. Es, decir, los ricos también lloran, pero viven mucho más (y mejor).

El trabajo de los investigadores británicos, publicado en la revista científica 'Journal of Gerontology', incluyó datos de 10.754 y 14.803 adultos de 50 años o más del Estudio Longitudinal del Envejecimiento en Inglaterra (ELSA) y del Estudio de Salud y Jubilación de Estados Unidos (HRS), respectivamente, y pretendía evaluar hasta qué punto los factores socioeconómicos determinan la capacidad de vivir valíendose por uno mismo.

Los resultados de la investigación, que comparó los datos de tres grupos basados en la riqueza total del hogar, indican que a la edad de 50 años, los hombres más ricos vivieron alrededor de 31 años 'saludables' adicionales, en comparación con alrededor de 22-23 años para aquellos en los grupos de riqueza más pobres. Las mujeres más adineradas vivieron alrededor de 33 años 'saludables' más en comparación con los 24,6 y 24 años de los grupos más pobres de Inglaterra y Estados Unidos, respectivamente.

Luchar contra las desigualdades económicas

Los investigadores confirmaron que las desigualdades socioeconómicas en la esperanza de vida sin discapacidad eran similares en todas las edades, pero la mayor ventaja en ambos países y en todos los grupos de edad era la riqueza. "Si bien la esperanza de vida es un indicador útil de la salud, la calidad de vida a medida que envejecemos también es crucial. Midiendo la esperanza de vida saludable podemos obtener una estimación del número de años de vida que se pasan en estados de salud positivos o sin discapacidad", explica Paola Zaninotto, principal autora del trabajo,

"Sabemos que mejorar tanto la calidad como la esperanza de vida de las personas tiene implicaciones para el gasto público en salud, ingresos, atención a largo plazo de las personas mayores y participación en el trabajo, y nuestros resultados sugieren que los políticos deben hacer mayores esfuerzos para reducir las desigualdades en salud", concluye la investigadora.