El primer obstáculo para los atletas transgénero son los aficionados
Un estudio revela que gran parte de los aficionados se oponen a los cambios de categoría de aquellos que nacieron originalmente con la anatomía de otro sexo.
Mack Beggs se sentía hombre pero había nacido mujer. Así que siendo adolescente empezó el tratamiento con inyecciones de testosterona. También se sentía atleta y quiso continuar compitiendo en lucha olímpica. Como las leyes de Texas obligan a participar en la categoría de sexo con el que se ha nacido debió presentarse en el campeonato del estado como mujer. Ganó aquel torneo y los padres de sus rivales mostraron de manera desagradable y continuada su desacuerdo porque consideraban que había sido beneficiada. Lo cierto es que si hubiera nacido en California podría haber competido contra muchachos pero tuvo que sufrir la presión de las gradas.
El caso de Mack Beggs no es aislado. la Universidad de Toledo (Estados Unidos) preguntó a más de mil adultos sobre la cuestión y comprobó que las primeras reticencias son las de los aficionados. Publicado en la revista Sex Roles, el informe comprobó que el 35,6 % de las mujeres estuvo de acuerdo con permitir que los atletas transgénero participen en deportes alineados con su identidad de género (Mark Beggs hubiera competido con los hombres). Por otra parte, el porcentaje de hombres que se mostraban de acuerdo era del 23,2 %.
Posiciones en contra de las competiciones
Los resultados del informe inciden en una problemática habitual para los atletas transgénero. La profesora Victoria Chen explicó en la revista Penn Bioethics que esto suele deberse a que las clasificaciones habitual sobre cuál es la clasificación del "tipo natural" se aplicaban estrictamente para que siempre compitieran las personas del mismo tipo. "Permitir a uno de un tipo competir con otro de otro se veía como injusto", escribió la especialista de neurociencia y filosofía de la Universidad de Alabama.
La investigación de la Universidad de Toledo comprobó que las posiciones contra los transgénero estaban determinados por los valores políticos y los rasgos de personalidad del individuo. De hecho, el informe reveló que las personas que tienen contacto habitual con personas transgénero, homosexuales y lesbianas, así como aquellas con actitudes igualitarias más fuertes, son más favorables a la participación de quienes nacieron con una anatomía diferente a la de su género reconocido, mientras que aquellas con una moral muy tradicional se oponen más.
El debate sobre las ventajas y desventajas de los atletas transgénero
Hasta el momento, los estudios científicos no han establecido ninguna evidencia de que los niveles de testosterona altos sean una ventaja cuando un nacido hombre compite como mujer tras un tratamiento hormonal. En cambio, estas desventajas se permiten en otros sentidos. "En el atletismo, donde cada milisegundo cuenta, algunas personas nacen con niveles naturalmente altos de hemoglobina que permiten que sus músculos reciban más oxígeno, y músculos de contracción rápida, que brindan una ventaja competitiva durante los 'sprints'", señaló Chen.
Algunos defensores de la libertad de elección de categoría para los deportistas transgénero recuerdan que cualquier atleta con anomalías genéticas seguirá compitiendo sin cuestionar sus ventajas. Los científicos han comprobado que Michael Phelps produce menos ácido láctico que un nadador normal y con una envergadura, torso, brazos y piernas que no se ajustan al "tipo normal" y le dan ventaja en la piscina. "A pesar de todas sus anormalidades genéticas, Phelps compite con competidores normales", recordó Chen.
Las leyes sobre los atletas transgénero
La oposición de los aficionados a la clasificación de los atletas transgénero se enfrenta a una realidad creciente. En el año 2009 la administración de Barck Obama envió una carta a las escuelas del país para rechazar los estereotipos de los transgénero en el deporte. En el deporte universitario estadounidense los varones transgénero con un año de tratamiento compiten en la categoría de varones mientras que las atletas transgénero necesitan esperar un año de supresión de testosterona para poder competir con mujeres. Los transgénero que se identifican como varones y no siguen un tratamiento hormonal pueden competir en la categoría que deseen.
El Comité Olímpico Internacional abrió la puerta a los deportistas en Atenas 2004 aunque ninguno se ha inscrito o clasificado desde entonces. La jugadora de voleibol brasileña Tiffany Abreu y la haltera neozelandesa Laurel Hubbard aspiran a ser las primeras. En el camino se han encontrado las leyes locales, las olímpicas, las fases de clasificación y los juicios de los aficionados. ¿Superarán el último obstáculo?
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