Vivir en Australia en los tiempos que corren es una muestra de resilencia. Sus habitantes llevan meses deseprados por los fuertes incendios forestales que han arrasado ya unas 10 millones de hectáreas y provocado la muerte de casi una treintena de personas desde que el país comenzó a arder en septiembre del año pasado. Una situación insostenible que no deja de causar estragos a todos los niveles, como por ejemplo la devastación de la genuina biodiversidad del país.

Melbourne, la segunda ciudad más grande de Australia, ha sido calificada este martes, según los datos que maneja la base de datos mundial IQ Air Visual, como la zona del planeta con peor calidad del aire, debido a la espesa cortina de humo que se ha convertido en parte del paisaje urbano.

Tal es el panorama que las falsas alertas de incendio por toda la ciudad y sus suburbios han proliferado después de que las consiciones climáticas extremas, con previsiones que en ocasiones superaron los 40 grados centígrados y vientos de hasta 90 kilómetros por hora en muchas áreas rurales, se estén dejando notar en la principales ciudades del país, como es el casod e Melbourne .

El deporte no es ajeno a la catástrofe

Como consecuencia del aire irrespirable con el que tienen que lidiar quienes estos días se ecnuentran en la ciudad australiana, los partidos de clasificación del primer día del Open de Australia previstos para este martes han sido suspendidos momentáneamente a una semana de que dé comienzo el primer Grand Slam de tenis del año, así como los entrenamientos.

"Las prácticas fueron suspendidas temporalmente esta mañana debido a la mala calidad del aire. Como siempre, la salud y la seguridad de nuestros jugadores, de nuestro personal y de nuestros aficionados son nuestras prioridades", indicaron los organizadores en un comunicado, precisando que los partidos de clasificación iban a desarrollarse como estaba previsto.

De hecho, la que fuera número uno mundial Maria Sharapova (32) abandonó este martes en un partido del torneo de exhibición de Kooyong, en la periferia de Melbourne, debido al humo. "El árbitro nos ha pedido disputar un juego más. Ya estábamos jugando desde hacía dos horas. Desde mi punto de vista (abandonar) era una sabia decisión. Es la primera vez que juego en estas condiciones y debo confesar que me vi afectada en el segundo set”, explicaba la rusa.