Pocos jugadores han tenido un impacto semejante en su primera temporada en la NBA sin contar apenas con minutos. Pero a Tacko Fall (24), el center senegalés de 2,26 metros, le han bastado unas pocas semanas de competición para meterse en el bolsillo a los aficionados de Boston Celtics, que no solo piden que juege durante los partidos sino que además le corean al grito de con ‘MVP’, solo reservado para unos pocos privilegiagos.

No jugó al baloncesto hasta los 16 años, cuando llegó a EEUU, pero desde entonces, el senegalés ha tenido que entrenar y trabajar muy duro para hacerse un hueco en la NBA. Ni si quiera su imponente físico le garantizó una franquicia en el draft y tuvo que convencer a los técnicos de Boston Celtics tras encadenar contratos temporales.

El entrenamiento de Tacko Fall

Pero su sueño se ha hecho realidad a pesar de que los comienzos fueron duros tanto por su adaptación a un nuevo país como por sus primeros pasos en el mundo del deporte. “La primera vez que intenté hacer press de banca ni siquiera podía levantar la barra sin pesas. Comencé a entrenar un poco el primer año de la escuela secundaria”, comparte en una entrevista con GQ.

Ahora, ayudado por el staff de Boston, completa un régimen de entrenamiento que sobre todo está enfocado a prevenir lesiones y ganar movilidad. Hago mucho trabajo para prevenir lesiones y evito hacer cosas como peso muerto para no ejercer demasiada presión sobre mi espalda. En los últimos meses, todo el trabajo ha ido enfocado a fortalecer la cadera, el equilibrio, el core y el tren inferior”, asegura.

La dieta de Tacko Fall

En lo que se refiere a la dieta, el jugador senegalés, que pesa alrededor de 140 kilos, confiesa que debe tener cuidado con su alimentación y que su objetivo es bajar hasta los 135 kilos. “He llegado a pesar 142 kilos, pero es demasiado. La recomendación es que ingiera 6,000 calorías, que obviamente es mucha comida. Nunca fui realmente un gran aficionado a desayunar, pero últimamente he estado tratando de comer algo por las mañanas. No como carne de cerdo, así que cada vez que puedo, tomo salchichas de pavo o tocino de pavo. Muchas frutas, especialmente uvas y plátanos”, explica el senegalés, que sigue a rajatabla el régimen que le marcan los nutricionistas del equipo.

“Nunca fui realmente un apasionado de la comida rápida y a lo largo de los años he reducido mucho el consumo. Es cierto que me encanta ir a Chick-fil-A (una cadena especializada en pollo), pero no recuerdo la última vez que estuve. En líneas generales trato de comer mucho más saludable de lo que solía hacerlo y evito la comida frita”, comparte Fall, que siempre que puede trata de comer cocina típica de Senegal.

“Me encanta ir a Nueva York porque tienen buenos restaurantes senegaleses. He encontrado uno que prepara un plato principal a base de arroz y pescado, que es muy típio de Senegal, y siempre que voy a Nueva York, trato de cercarme. En Orlando -jugó en la University of Central Florida- no habñia un restaurante senegalés, pero en mi último año, tuve la suerte de conocer a unos amigos de Senegal que me invitaban a su casa y cocinaban para mi”, concluye el MVP. Al menos para los aficionados de Boston.