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Madrid Fly: volar sin alas

El túnel de viento más grande de Europa, propuesta de ocio que triunfa en Madrid desde su apertura, en 2009. Plan familiar para Navidad.

Madrid
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Si cierras los ojos mientras lo haces, lo sientes: estás volando, como cuando lo sueñas. Pero esta vez de verdad, esta vez sin soñarlo. Un monitor está tirando de ti hacia arriba, de los agarres de tu mono, tú eres una pluma en sus manos. Debes alzar la barbilla, no moverte, no tensarte, sólo dejarte llegar, como en la canción de Vetusta Morla. Estás dentro del túnel de Madrid Fly y no quieres que eso se acabe. Aunque sepas que sólo es un minuto, aunque seas consciente de que quizá esta subida a lo más alto del túnel sea la última, que deberás volver a posar tus pies en el suelo, que dejarás de volar sin soñar. Aprietas aún más fuerte los ojos. "Cinco segundos más...".

Madrid Fly es el túnel del viento más grande de Europa y está ubicado en Las Rozas, Madrid. Una cámara acristalada de 4,6 metros de ancho y 17 de alto, cuatro años de investigaciones detrás. Ingenieros, arquitectos, expertos en estructuras metálicas y de hormigón, vientos regulables que oscilan entre los 100 y los 300 kilómetros por hora. Su origen tiene mucho que ver con el paracaidismo. Todo comenzó en 2009. El tres veces subcampeón de vuelo indoor y campeón de paracaidismo, Alberto Fuertes, tuvo una idea: crear un lugar en el que pudiera simularse la caída libre de forma realista y segura, sin la necesidad de tirarse de un avión. Lo llamaría 'Madrid Fly'.

Redactora de AS en Madrid Fly.

Diez años se ha convertido en regalo recurrente. A parejas, amigos, plan en familia. La edad mínima son cinco años. El peso máximo, 120 kilos. La experiencia, dos vuelos. En el primero aprendes la postura, flotas, planeas. En el segundo, vuelas, subes, bajas, te han salido alas: son las manos con las que te mueve el monitor. Antes, has debido de quitarte todos los pendientes, atarte bien las zapatillas, ponerte una red en el cabello, ajustarte las gafas que te ponen como si fueras a lanzarte a una piscina. El aire es capaz de colarse en todas partes, es curioso observar cómo hace olas en la piel del rostro de los voladores, así de intenso es. Antes, te han explicado todo. El monitor. Cómo debes colocarte antes de entrar, para hacerlo bien mientras caes en sus manos, las señas, una uve estira los pies, un dedo hacia arriba, la barbilla, lo de sonreír para la foto. Aunque tengas los ojos cerrados. Es ocio pero también deporte. Es entrenar para los paracaidistas, es saber qué siente un paracaidista para los que no lo son. Literal. Estás volando.