Poderoso caballero es don dinero. Y, a pesar de que dicen que no da la felicidad, como poco ayuda y evita en muchos casos situaciones extremadamente angustiosas. La salud mental es una de las grandes afectadas cuando se vive una situación financiera desfavorable o problemática como demuestra un exhaustivo informe publicado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Un extremo que confirma el último estudio de Cigna, ‘360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond’, que concluye que la economía personal es, ahora mismo, la segunda fuente de estrés de los españoles, que tiene nombre y apellido: estrés financiero. Un problema que si persiste y no se controla puede contribuir a la aparición de problemas tales como aumento de presión arterial, problemas de sueño, depresión u obesidad.

Según los datos obtenidos en este estudio, la calificación que otorgan los españoles a sus finanzas personales es de 55,2 sobre 100. De hecho, solo el 18% de los encuestados reconoce tener una “muy buena” o “excelente” situación financiera, porcentaje que baja 5 puntos frente a los datos obtenidos en 2018. Un panorama desalentador si tenemos en cuenta la posibilidad de desarrollar problemas de salud grave como consecuencia de la carestía monetaria.

4 consejos para controlar las finanzas

No obstante, los expertos aseguran que hay formas de limitar su impacto negativo en nuestro bienestar, e incluso prevenir su aparición, siguiendo ciertas pautas. Cigma comparte algunas:

• Llevar un registro de todos nuestros ingresos y gastos. Es importante tener el control de nuestras finanzas, analizando cuánto dinero gastamos y en qué lo hacemos. Ciertos métodos de ahorro, como es el caso del Kakeibo japonés, nos ayudará a visualizar mejor gastos corrientes como alquiler, alimentación, internet, gas, agua, luz, seguro médico o de coche, de manera que sabremos cuales son nuestros gastos fijos y cuál es nuestro margen de ahorro.
• Evitar gastos superfluos. Muy relacionado con el punto anterior, es importante tener en cuenta que es inevitable que de vez en cuando surjan gastos con los que no contábamos, y que pueden reflejarse en nuestra salud como picos de estrés. Por eso, un buen hábito es tratar de reducir ciertos gastos superfluos en el día a día, de manera que nuestro margen de ahorro aumente, y así podamos hacer frente con más tranquilidad a situaciones imprevistas.
• Desarrollar un plan financiero con metas y objetivos. Una buena medida que contribuye enormemente a reducir nuestro estrés financiero es establecer un plan de ahorro en base a ciertos objetivos y metas. Tras visualizar el volumen de gastos corrientes y el margen de ahorro del que disponemos, podemos planificar nuestras finanzas hacia una determinada meta: hacer un viaje, ampliar nuestra formación educativa, realizar inversiones…
• Usar apps de gestión de finanzas. Una de las mejores fórmulas para organizar nuestras finanzas de forma eficiente es optar por el uso de las nuevas tecnologías. La gran mayoría de entidades bancarias cuentan con apps móviles totalmente seguras, que facilitan enormemente la gestión de nuestra economía. Además, ciertas apps de control de gastos son muy útiles para ayudarnos a ahorrar, contribuyendo a prevenir la aparición de estrés.