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Entrenar en ayunas podría ayudar a mejorar los beneficios del ejercicio

Un estudio revela que hacer deporte con el estómago vacío puede ayudar más al estado físico y a la sensibilidad a la insulina que quienes han comido algo antes

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Dos deportistas beben para reponer fuerzas tras hacer ejercicio.

Los efectos de entrenar en ayunas son todavía una incógnita para los especialistas. Algunos estudios aseguran que no sirve para que la actividad física se amplifique o modifique de alguna manera. Ni siquiera que suponga un mayor gasto de calorías por un menor depósito de energía antes de ejercitarse. Pero un novedoso estudio de la Universidad de Bath (Reino Unido) ha mostrado unos resultados diferentes que merecen ser estudiados.

Según la investigación a largo plazo efectuada por los científicos británicos, la diferencia entre comer con el estómago vacío es un factor diferencial en algunos casos. En el informe publicado en la Revista de Endocrinóloga Clínica y Metabolismo se detalla cómo los especialistas eligieron a varios adultos varones sedentarios y les ordenaron entrenar en bicicleta estática tres veces a la semana.

Con diferentes análisis evaluaron el estado físico y la sensibilidad a la insulina de los hombres antes de dividir a los sujetos en grupos. Durante seis semanas, a un grupo le dieron un batido con sabor a vainilla dos horas antes del entrenamiento y a otro un placebo con agua y sin calorías para que pensaran que era el mismo líquido. Ninguno de los ciclistas debutantes había desayunado y todos tomaron el mismo batido al bajarse de la bicicleta.

Los resultados presentaron unos números diferentes. Los ciclistas con desayuno mejoraron su estado físico y redujeron su cintura, aunque pocos habían perdido peso. En cambio, los atletas en ayunas habían quemado el doble de grasa en casa sesión que sus compañeros de fatiga.Lo llamativo es que todos quemaron la misma cantidad de calorías durante el ejercicio, pero esas calorías procedían de la grasa cuando no habían desayunado.

La diferencia no acaba ahí. Los ciclistas con el estómago vacío mostraron mayores mejoras en la sensibilidad a la insulina al final del estudio. ¿Por qué? Según los análisis, habían desarrollado niveles más altos de ciertas proteínas en sus músculos que influyen la respuesta a las células musculares a la insulina y usan el azúcar en la sangre.

Prudencia con los resultados sobre el entrenamiento en ayunas

La prudencia habitual de los científicos señala que hay que profundizar en estudios similares, pero que los resultados son interesantes. «El resultado sugiere que probablemente se pueda sacar más provecho de su entrenamiento sin aumentar su intensidad o duración haciendo ejercicio antes del desayuno», explicó Javier González, uno de los supervisores del estudio, al New York Times.

Las razones son complejas porque la genética, la dieta, el físico, el carácter y otros numerosos aspectos afectan a la respuesta del cuerpo durante el ejercicio. Por otra parte, no hubo mujeres entre los sujetos observados.

No obstante, lo más probable es que los ayunos previos al deporte impliquen una reducción de la grasa muscular, según estos resultados. ¿Fue por no desayunar o por estar mucho tiempo sin comer antes de la actividad? «Creemos que la clave es el período de ayuno, en lugar de la hora del día», explica Javier González, profesor de Fisiología y Nutrición en la universidad británica. Según su teoría, los cuerpos de los ciclistas con el estómago vacío recurrieron a sus reservas de energía y entonces la grasa de sus músculos fue una de sus fuentes. En cambio, los otros recurrieron a sus energías adquiridas con la ingesta del batido.