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4.200 millones de personas carecen de saneamiento seguro

En el Día Mundial del Retrete, más de cuatro millones de personas no disponen de las instalaciones necesarias para protegerse de enfermedades teóricamente prevenibles.

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Día Mundial del Retrete
OMS

No es sólo un cuarto de baño, un urinario, es salud, es vida, es avance. Es lo que reclama el Día Mundial del Retrete, un salvavidas para gran parte de la población. Y es que 4.200 millones de personas no tienen acceso a un urinario, con lo que conlleva de enfermedades e insalubridad.

Este día busca, a través de acciones inspiradoras, abordar la crisis mundial de saneamiento y ayudar a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, que promueve un saneamiento para todos en el año 2030.

Datos clave de insalubridad

  • 673 millones de personas todavía practican la defecación al aire libre en todo el mundo.
  • A nivel mundial, al menos 2 mil millones de personas usan una fuente de agua potable contaminada con heces.
  •  El saneamiento inadecuado se estima que causa 432,000 muertes por diarrea cada año y es un factor importante en enfermedades como las lombrices intestinales y el tracoma.
  • Los niños menores de cinco años que viven en países afectados por conflictos prolongados tienen, en promedio, casi 20 veces más probabilidades de morir por enfermedades diarreicas causadas por la falta de agua potable, saneamiento e higiene que por la violencia directa, según datos de UNICEF 2019.

La importancia de un aseo

Por saneamiento seguro se entiende una instalación higiénica independiente de otros hogares y que, o bien permite el almacenamiento de los excrementos 'in situ', o bien posibilita su traslado a centros externos de tratamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, cada año, unos 297.000 niños menores de cinco años fallecen cada año por un saneamiento insuficiente, el consumo de agua insalubre o una mala higiene de manos.

Más de mil millones de mujeres y adolescentes no tienen acceso a un servicio en los días de menstruación o en momentos clave como el embarazo. Además, un servicio seguro es, además, lo más sensato desde el punto de vista económico, empezando por el hecho de que las niñas pueden verse abocadas a dejar las clases y a renunciar a cualquier mínima proyección por la falta de instalaciones adecuadas en las escuelas o la necesidad de asumir la tarea básica de ir cada día a buscar agua al punto de suministro más cercano.

Sin servicios adecuados, un lastre para la economía

La OMS estimó en el año 2012 que la pérdida de productividad por enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento supone un lastre de hasta el 5 % en el PIB. Un estudio del experto Guy Hutton para organizaciones internacionales calcula que cada dólar invertido en saneamiento básico en zonas urbanas genera un retorno de 2,5 y, en áreas rurales, esta cifra incluso se duplica.