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NUTRICIÓN

Claves en la alimentación de personas mayores para evitar la deshidratación y desnutrición

El objetivo de una buena alimentación, teniendo en cuenta todos los condicionantes, debe ser procurarles un estado nutricional óptimo que les permita ser lo más longevos posible con una buena calidad de vida.

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A la hora de abordar todo lo referente a la alimentación de personas mayores es importante tener en cuenta diversas cuestiones porque en la ecuación intervienen múltiples factores. Su estado de salud y el tipo de patologías que les afectan es una pauta imprescindible, pero no lo es menos si hacen ejercicio, si viven solos o acompañados, su situación económica o estado de ánimo, e incluso sus hábitos o costumbres.

En cualquier caso, el objetivo es procurar evitar estados de deshidratación o desnutrición ya que a edades avanzadas se es más vulnerable y la percepción sobre la alimentación o algunas dificultades que surgen en el día a día pueden suponer un escollo

“Aspectos como la pérdida de interés por la comida, el apetito, la forma de cocinar ciertos alimentos, encontrar que es aburrida o poco atractiva la presentación en el plato, la utilización de cubiertos adecuados en personas con problemas articulares en las manos, los problemas de masticación-deglución, cuidados de la boca y estado de las prótesis dentales, el deterioro cognitivo del paciente son algunas de las causas de una poco adecuada alimentación”, explica Elena Guedea, nutricionista clínica del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitari General de Catalunya.

Algunas recomendaciones básicas

Así pues, el objetivo de una buena alimentación para las personas mayores, teniendo en cuenta todos los condicionantes, debe ser procurarles un estado nutricional óptimo que les permita ser lo más longevos posible con una buena calidad de vida. Para ello, es imprescindible tener en cuenta lo siguiente:

  • Las dietas deberán ser sencillas, ligeras y de fácil elaboración, cuidando la presentación de la comida para que resulte atractiva.
  • Los alimentos han de ser de fácil masticación y deglución.
  • Se debe beber líquido, principalmente agua, entre comidas y moderar el consumo de alcohol, café y bebidas estimulantes.
  • El consumo de sal y azúcar debe ser reducido.
  • Es importante aumentar el consumo de frutas, legumbres, verduras y cereales por su elevado aporte en nutrientes importantes (vitaminas y minerales).
  • Es recomendable reducir el consumo de grasas saturadas (carne roja y embutidos) y aumentar las grasas con ácidos esenciales omega-3 y omega-6.
  • Las grasas de origen vegetal, como las que aporta el aceite de oliva, son básicas.
  • La fibra también es esencial para mantener la motilidad intestinal y evitar el estreñimiento.
  • Es preciso aumentar el consumo de calcio (lácteos) y vitamina D.

Por otro lado, la práctica de ejercicio físico regular, en función de las posibilidades de cada uno, es fundamental para mejorar varios marcadores de salud y mejorar la locomoción. En este sentido, un paseo de 20 minutos o medio hora al día es fundamental porque además servirá para exponer la piel al sol y cubrir las necesidades de vitamina D.