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El entrenamiento de los pilotos de F1 para volar a más de 300 km/h

Resistencia, energía, reflejos, un amplio campo de visión, capacidad de análisis, de toma de decisiones y tener sangre fría son algunas de las cualidades más apreciadas cuando se conduce a 300 km/h.

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Lars Baron Getty Images

Cuando se pilota un monoplaza, tomar decisiones efectivas en unos pocos milisegundos mientras se conduce a 300 km por hora no es nada ovbio. Un excelente estado de forma, pero también reflejos, un amplio campo de visión, capacidad de análisis y grandes dosis de sangre fría son aspectos necesarios en la Formula 1.

A diferencia de lo que se podría pensar un piloto de élite no puede confiarlo todo exclusivamente a su talento. En Formula 1, y en general en cualquier disciplina de motor, el entrenamiento físico y la preparación mental constituyen aspectos básicos. Gracias a la agencia AFP conocemos algunos secretos de varios integrantes de la parrilla.

Condición física

"Hay mucho cardio, carrera, bicicleta o piscina. También hacemos pesas, pero no necesitamos levantar 150 kilos. Trabajamos más la resistencia muscular porque las carreras duran una media de hora y media y no puede ser que a la hora y veinte te entren rampas. Hacemos sobre todo mucho trabajo de abdominales para tener una buena estabilidad”, explica Pierre Gasly, piloto de Toro Ross.

Y es que, efectivamente prima más la resistencia que la masa muscular ya que el peso es un factor determinante en Fórmula 1 y un kilo de más o de menos equivalen a décimas de segundo perdidos o ganados.

Trabajamos mucho en circuito, pasando de un ejercicio a otro, para que sea intensivo pero no aburrido y hacer trabajar alternativamente varios grupos de músculos. También utilizamos muchas posiciones inestables. Esto trabaja el equilibrio y la sensibilidad del cuerpo, lo que es muy importante porque los pilotos deben ser muy sensibles a los movimientos del coche", explica por su parte el doctor Riccardo Ceccarelli, fundador de 'Formula Medicine', empresa con más de 30 años de experiencia dedicada al entrenamiento de pilotos, ya sea de jóvenes promesas o asentados en la élite.

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Un aspecto igualmente fundamental en la preparación de los pilotos es el que hace referencia a la musculatura del cuello, los pilotos se ven sometidos a aceleraciones y desaceleraciones brutales y a fuerzas laterales importantes en las curvas, hasta de cinco o seis G (la inicial de la gravedad). Eso significa que tienen que soportar cinco o seis veces el peso de la cabeza y del casco que la protege.

"Existen elásticos o cuerdas que se colocan alrededor de la cabeza a lo que se puede poner un peso o incluso casos como lastre. Lo suelo hacer en casa, pero me ha ocurrido llamar la atención de algunas miradas extrañan en el gimnasio. Puede ser un poco doloroso cuando retomas los entrenamientos tras la pausa invernal, pero me gusta”, asegura Valtteri Bottas, piloto finlandés de Mercedes Valtteri Bottas.

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Preparación mental

Pero más allá del entrenamiento físico, hay un componente igualmente determinante en el éxito de un piloto: su capacidad mental. "El resto de juega en la cabeza. Cuando alcanzas una alta condición física que permite pilotar sin cansarte, basta con mantenerla. Por contra, siempre se puede progresar en el plano mental, que al final es lo que marca las diferencias”, indica Ceccarelli.

El entrenamiento mental se ha desarrollado exponencialmente de la mano de la informática y las nuevas tecnologías. Aspectos como trabajar los reflejos y el campo de visión a través de máquinas específicas e incluso con cascos de realidad virtual está a la orden del día.

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"Es neuroestimulación. No utilizamos todo nuestro cerebro, eso se sabe. Se trata de activar las neuronas que permiten tratar más informaciones de lo que podías hacer anteriormente. Los ojos nos envían siempre mucha información, pero no podemos procesarla más, para ser capaces de hablar y de ver al mismo tiempo que alguien está jugando con un lápiz y que en la televisión aparece Hamilton", explica Romain Gorsjean, piloto de Haas.

El manejo del estrés y del ritmo cardíaco también también son aspectos fundamentales por lo que a través de máquinas los pilotos aprenden a reducir esos valores. "A veces tenemos la impresión que estamos estresados cuando no lo estamos, o al contrario. Lleva años aprenderlo. Después, cuando estás acostumbrado, sólo hace falta aprender las técnicas para relajarte o motivarte, para tratar de estar siempre en la buena ventana mental para poder dar lo mejor de uno mismo", concluye el piloto monegasco Charles Leclerc, una de las sensaciones de la temporada.