No es un trámite sin más. El reconocimiento médico es un paso imprescindible que debe superar con éxito cualquier deportista de élite y que atiende a un doble motivo: salvaguardar la salud del protagonista y defender los intereses de los clubes que acometen un fichaje por el que habitualmente pagan importantes cantidades y salarios. Aunque no es exclusivo del deporrte de equipo y cualquier profesional se somete periódicamente para conocer su estado.

Y es que no es extraño que un fichaje importante se trunque debido al reconocimiento médico o que se le detecte al deportista un problema que puede poner en riesgo su salud por lo que se trata de un un aspecto fundamental para determinar el estado físico de un profesional y que es altamente recomendable realizar también a edades tempranas en el deporte base, sobre todo para descartar enfermedades cardiovasculares y males mayores.

Ejemplo de un jugador profesional de baloncesto

Un ejemplo de reconocimiento médico es el que que se le ha realizado por ejemplo a Alex Murphy, nuevo refuerzo para el Delteco GBC de la ACB de baloncesto, en el Servicio de Medicina Deportiva del Hospital de Día Quirónsalud Donostia liderado por el médico deportivo Ricardo Jiménez. En este caso, el jugador nacido en Finlandia hace 26 años, que mide 2,06 m y pesa 100 kg, ha tenido que superar con éxito junto al resto de la plantilla un exhaustivo examen.

Estudio del sistema cardiorrespiratorio

• Auscultación cardíaca y pulmonar.
• Toma de la tensión arterial.

Estudio del aparato locomotor

• Se comprueba la movilidad articular y la elasticidad muscular.
• También se comprueban posibles alteraciones de columna vertebral y extremidades, tanto estáticas como dinámicas.

Antropometría

• Consiste en el control de la talla, el peso y la envergadura y sirve para calcular el porcentaje de grasa corporal.

Electrocardiograma basal

• Es un estudio del funcionamiento cardíaco en reposo, para detectar posibles alteraciones que puedan repercutir en la práctica deportiva.

Una prueba de esfuerzo máxima con monitorización cardíaca continua

• Sirve para valorar el funcionamiento del corazón durante el esfuerzo, estimar el estado de forma y proponer intensidades de entrenamiento para la mejora de cada jugador.
• Se obtiene el umbral anaeróbico y velocidad máxima aeróbica, que también se utilizan para determinar la intensidad de los entrenamientos.