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DERMATOLOGÍA

Erupción polimorfa lumínica o alergia al sol: cómo evitar que la piel sufra

Con la llegada de las altas temperaturas, la piel se expone al sol con mayor frecuencia y en mayor proporción, lo que puede producir determinados síntomas como erupciones, eccemas o urticaria.

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Con el buen tiempo y la subida de las temperaturas es el momento ideal para que le proporcionemos a nuestro cuerpo una buena cantidad de vitamina D, pero se puede dar la circunstancia de que la piel no reaccione a la exposición solar adecuadamente y nos veamos sorprendidos por erupciones, eccemas o urticaria, fruto de reacciones directas al sol o por la denominada erupción polimorfa lumínica o alergia al sol.

Es importante hacer una diferenciación entre alergia al sol y las reacciones directas del sol en nuestro cuerpo. Cuando hablamos de alergia al sol, se habla de una reacción inmunológica que se produce ante una exposición normal al sol que casi siempre se trata de una reacción frente a otro alérgeno pero que necesita de la radiación solar para producirse. Esto ocurre cuando algunos medicamentos, productos químicos y enfermedades pueden hacer que la piel sea más sensible al sol”, explica el doctor Gerardo Beteta, dermatólogo del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime de Castellón.

“Por otra parte, las reacciones que produce el sol en nuestra piel no son reacciones alérgicas, sino que se deben a una acción directa del sol que puede provocar quemaduras, erupciones y cambios de pigmentación. La aparición de los síntomas en zonas concretas del cuerpo después de que hayan sido expuestas al sol es un claro signo y pueden producirse varias horas o incluso días después de la exposición al sol, aunque es el especialista quien debe diagnosticar si es una reacción o una alergia”, añade el experto.

Cómo cuidar la piel

  • La protección debe ser obligatoria durante todo el año con una protección de alto espectro y así evitar tanto la radiación ultravioleta A y B como la luz visible.
  • Para que la piel se vaya adaptando a la época estival, la exposición de aproximadamente 15 minutos con protección es recomendable. Así la piel va produciendo melanina, que actúa como mecanismo de defensa natural contra los efectos dañinos del sol.
  • Es aconsejable llevar tejidos que dejen transpirar la piel, y preferiblemente de algodón e hilo, evitando las prendas de fibras sintéticas o semisintéticas.
  • Es preferible evitar llevar la ropa húmeda y colores oscuros que actúan como barrera del sol.
  • Utilizar sombrero y no exponerse al sol entre el mediodía y las cuatro de la tarde, cuando los rayos son más fuertes, es otra de las medidas a adoptar.
  • Beber mucha agua e hidratar la piel con emolientes lo más neutros posibles para activar la piel como barrera natural ante los alérgenos y como una medida preventiva así como evitar productos libres de perfumes ayudará al paciente alérgico.
  • Una dieta rica en antioxidantes y consumir alimentos como las zanahorias y los tomates, que tienen un alto contenido de betacarotenos, hacen que la piel sea más resistente.