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El estudio de pisada es básico para evitar lesiones en corredores

Cada vez existen más personas aficionadas a calzarse las zapatillas y salir a correr, pero no todos tienen en cuenta la importancia de someterse a un estudio biomecánico de la marcha y la pisada.

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Correr se ha convertido en un fenómeno imparable. Es una de las principales alternativas que barajan quienes quieren empezar a practicar deporte y llevar unos hábitos de vida más saludables. Pero no siempre se tiene en cuenta uno de los aspectos fundamentales para la práctica de este deporte si se quieren evitar lesiones: el estudio de pisada.

Lo primero que el corredor debe saber es cuál es su tipo de pie, ya que un mal consejo o una mala creencia de nuestro tipo de pisada nos puede hacer comprar un tipo de zapatilla que nos podría llegar a lesionar. No debemos caer en el error de hacernos un estudio de la pisada en las tiendas deportivas, sino que debe ser un profesional especialista quien lo haga”, explica Antonio Segarra, podólogo de la Unidad Podoactiva Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime de Castellón.

“Nosotros sabemos que cada corredor es diferente, por eso es imprescindible realizar un estudio biomecánico de la marcha y la pisada con la tecnología podológica apropiada”, añade el especialista sabedor de la importancia de la podología en el estudio, diagnóstico y tratamiento de cualquier patología del pie y tobillo.

Anchura de pie y drop

La anchura del pie y el drop, la diferencia de altura desde el talón a la zona metatarsal, son dos aspectos a considerar. “Siempre es aconsejable ir a comprar las zapatillas a última hora de la tarde ya que el pie a lo largo del día va a dilatarse más, y se tiene que encontrar el momento más parecido al de la carrera: cuantos más kilómetros se realice más se ensanchará, pudiendo llegar a ensancharse más de un centímetro en la zona de los dedos”, explica el especialista, que también resume la importancia del drop.

Dependiendo del drop, durante la carrera trabajan más unos músculos que otros. Esto es importante a la hora del cambio de zapatillas, porque más de 4 mm puede cambiarnos la biomecánica del pie y producirnos sobrecargas o lesiones. La altura media de las zapatillas actuales suele ser 8-10 mm. Los podólogos siempre aconsejamos un cambio de drop progresivo”, comenta.

Superficie y amortiguación

Pero no solo el tipo de calzado es determinante, también adquiere una especial relevancia el terreno sobre el que se pretende correr e incluso la amortiguación, relacionada con el peso. Según la superficie, si es asfalto, tierra o alguna de tipo irregular, la elección de la zapatilla debe ser diferente. “El tipo de suela es importante: en el asfalto tenderá a ser una zapatilla más lisa y en montaña la tendencia es una zapatilla con más tacos. Además, más amortiguación no significa directamente menos impacto. Debemos ajustar la amortiguación a nuestro peso”, concluye el especialista.