El ejercicio físico puede ser una forma útil de reducir los trastornos de salud mental en el contexto de la psiquiatría, también en pacientes hospitalizados, ya que se muestra incluso más eficaz que los medicamentos contra la ansiedad, la depresión, la ira, la agitación psicomotora o la tensión muscular, incidiendo sobre los factores de estrés y sus desencadenantes y desarrollado un sentido del yo más equilibrado e integrado.

Esa es la principal conclusión de un estudio a cargo de expertos del Centro Médico de la Universidad de Vermont (EEUU), que ha evidenciado los innegables beneficios de la práctica de ejercicio físico en un contexto con un grupo de 100 pacientes psiquiátricos, para los que se instauró un programa de ejercicio de 60 minutos de duración.

Como aseguran responsables del estudio, no es de extrañar que en la actualidad, ante un caso psiquiátrico agudo, los profesionales médicos suelen recurrir directamente al tratamiento farmacológico sin explorar otras posibilidades como el ejercicio físico, cuya influencia en la salud mental está ampliamente contrastada.

Sin ir más lejos, investigadores de la Universidad de Granada y el Hospital Universitario San Cecilio de Granada han demostrado que la práctica regular de ejercicio físico es un factor protector de la salud mental. En concreto, cuantificaron en una reducción del 40 por ciento la posibilidad de tener depresión.

Mejoría notable

En el caso del trabajo de los expertos de la Universidad de Vermont, que ha sido publicado en la revista ‘Global Advances in Health and Medicine’, concluye que los pacientes que se habían completado los programas de actividad física aseguraban tener niveles más bajos de ira, ansiedad y depresión, así como un mejor estado de ánimo y una mayor autoestima.