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Pautas para la alimentación de un paciente con enfermedad de Parkinson

La pérdida de peso es una realidad con la que deben convivir los enfermos de párkinson ya que en algunos casos puede alcanzar los 10 kilos y es conveniente controlar su estado nutricional.

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Según explica la Federación Española de Párkinson (FEP), la enfermedad es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. No se sabe cuál es su origen, pero sí que interviene en su génesis una combinación de factores genéticos, medioambientales y derivados del propio envejecimiento del organismo.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se realiza en base a la historia clínica y exploración neurológica de la persona, ya que no existe en la actualidad un marcador bioquímico. Los síntomas deben incluir la lentitud de movimientos (bradicinesia) y además, al menos uno entre temblor en reposo (aunque su ausencia no es excluyente), rigidez muscular e inestabilidad postural.

Además de las consecuencias propias de la enfermedad, que afectan principalmente al control del movimiento y que pueden estar relacionadas en estadios avanzados de la enfermedad con otros problemas de tipo no motor como trastornos del sueño o cognitivos, los enfermos de párkinson sufren importantes pérdidas de peso, como se recoge en el estudio Diet, body size and micronutrient status in Parkinson’s disease.

De hecho, el 52 por ciento de los pacientes experimenta una pérdida de peso, que puede llegar a los 10 kilos en el 20 por ciento de los casos. “El control de la alimentación es fundamental para valorar posibles deficiencias nutricionales, factores de riesgo cardiovascular y mejorar los síntomas que produce la disfunción gastrointestinal que padecen este tipo de pacientes con frecuencia”, explica Rocío García-Ramos, neuróloga de Vithas Internacional de Madrid.

“Los propios síntomas de la enfermedad, como rigidez, temblor, neurodegeneración y alteración del metabolismo oxidativo, a lo que se suma la medicación, que puede ocasionarles efectos secundarios, mal sabor de boca y las dificultades motoras, que pueden reducir la ingesta calórica”, añade la experta, que también justifica la pérdida de peso por otras patologías asociadas como depresión o disfagia.

Pautas en la alimentación de un enfermo de párkinson

  • Deben seguir una dieta variada, que incluya alimentos de todos los grupos nutricionales y mantener unos horarios regulares en las comidas.
  • Lo ideal es tomar como referente la dieta mediterránea y realizar varias comidas al día con una menor cantidad de alimentos, es decir, comer poco y a menudo.
  • Adaptar la alimentación a las características propias de la enfermedad, pero conservando al máximo los hábitos, costumbres y gustos personales del paciente”.
  • En caso de presentar deficiencias nutricionales, complementar con alimentos de farmacia especialmente preparados y enriquecidos.
  • En el caso de recibir tratamiento con Levodopa, es necesario tener en cuenta que los alimentos ricos en proteínas alteran de forma importante la absorción de este medicamento, de modo que se aconseja tomarlos solo por la noche, evitar las combinaciones de alimentos de alto aporte proteico con legumbres o leche y no tomar la medicación inmediatamente después de las comidas.