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Estrés, drogas y una mala alimentación provocan reflujo gástrico

El sobrepeso, la obesidad, el alcohol, fumar, determinadas comidas, ayunar y darse atracones... todos ellos hacen que el reflujo gástrico y la acidez aumenten.

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acidez reflujo gástrico
as.com

Un anillo muscular llamado esfínter esofágico inferior (EEI) separa el esófago del estómago. Normalmente, el funciona como una puerta. El músculo se relaja cuando tragas, abriendo el paso entre el esófago y el estómago y permitiendo que la comida pase al estómago.Cuando el esfínter aprieta, cierra el paso, evitando que la comida y los jugos ácidos del estómago regresen al esófago.

En las personas con reflujo ácido (enfermedad de reflujo gastroesofágico o ERGE), el esfínter esofágico inferior se relaja cuando no debería o se debilita y no se cierra bien. Cualquiera de los dos problemas permite que los contenidos del estómago se eleven hacia el esófago. Este esfínter es controlado por varios nervios y hormonas. Y, por tanto, los alimentos, las drogas y ciertas emociones como la ansiedad o la ira pueden afectar su función, causando o empeorando el reflujo ácido, según afirman en Harvard Medical School.

Cómo evitar el reflujo gástrico

Para intentar evitar esta situación, que puede derivar en una operación para controlar esa 'puerta', porque puede llegar muy molesto, y dificultar el día a día de las personas que lo padecen, desde el departamento de salud de Harvard han marcado algunas situaciones que potencian ese reflujo y que perjudican seriamente la salud.

Alimentación: el café, el té, el cacao, las bebidas de cola y otros productos que contienen cafeína estimulan la producción de ácido gástrico. La menta y el chocolate, que a menudo se sirven para tapar una comida, pueden empeorar las cosas al relajar el esfínter. Los alimentos fritos y grasos contribuyen a la acidez estomacal. Algunas personas dicen que las cebollas y el ajo les dan acidez. Otros tienen problemas con las frutas cítricas o los productos de tomate, que irritan el revestimiento esofágico.

Cómo comer puede ser tan importante como lo que se come. Omitir el desayuno o el almuerzo, y luego consumir una gran comida al final del día puede aumentar la presión en el estómago y la posibilidad de reflujo. Acostarse poco después de comer empeorará el problema, por eso para evitar esta situación ni las siestas son recomendadas ni tampoco cenar muy tarde.

Fumar puede irritar todo el tracto gastrointestinal. Además, chupar un cigarrillo con frecuencia puede hacer que trague aire, lo que aumenta la presión dentro del estómago, lo que estimula el reflujo.

Tener sobrepeso u obesidad aumenta las probabilidades de tener la enfermedad de reflujo gastroesofágico y experimentar acidez estomacal. En realidad, cualquier aumento de peso aumenta el riesgo de síntomas frecuentes en este sentido. Además, comer comidas más grandes distiende el estómago, empuja el contenido hacia el esófago y afloja el esfínter.

Algunos medicamentospueden aumentar las aflicciones de la acidez estomacal. Los anticonceptivos orales o las preparaciones hormonales posmenopáusicas que contienen progesterona pueden ser algunos. La aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) como el ibuprofeno y el naproxeno pueden irritar el revestimiento del estómago. Otros medicamentos, como el alendronato (para prevenir y tratar la osteoporosis), pueden irritar el esófago. Y algunos antidepresivos, broncodilatadores, tranquilizantes y bloqueadores de los canales de calcio, pueden contribuir al reflujo relajando el esfínter.