Simon Pegg, actor británico de 49 años, famoso por sus papeles en Misión Imposible, Star Trek y Star Wars, entre otras cintas, ha engrosado la lista de actores que se han transformado físicamente por exigencias del guión y que encabeza por méritos propios su compatriota Christian Bale, aunque Matthew Mcconaughey, Tom Hardy o Jared Leto no le andan a la zaga en lo que a fluctuaciones de peso, ganancia y pérdida muscular se refiere.

El caso es que Pegg se ha sometido durante seis meses a un plan de entrenamiento y dieta muy particular a las órdenes de Nick Lower, entrenador y nutricionista, que ha compartido es sus perfiles sociales una imagen del actor en la que se le puede ver extremadamente delgado pero no famélico. Al estilo del mencionado Christian Bale en El maquinista, aunque más definido.

Y es que el británico ha perdido 9 kilos (de 78 kg a 69 kg) y ha reducido un 4 por ciento la cantidad de grasa corporal (12% a 8%). Todo ello con motivo de su próxima aparición en Inheritance, su nueva película.

Plan de entrenamiento

Para lograr su aspecto actual, Simon Pegg se ha sometido a una completa rutina de entrenamiento en la que no han faltados los ejercicios de fuerza, cardio, coordinación, equilibrio, agilidad y otros centrados en el core, como sugiere el six-pack que muestra el actor. Además, también ha completado su preparación física con la práctica de diferentes modalidades deportivas como el running o el snowboard.

Así pues, habrá que esperar para ver el resultado de su interpretación en Inheritance (La herencia). El filme, un thriller independiente, se centra en los acontecimientos que se desencadenan cuando el patriarca de una familia rica y poderosa fallece repentinamente, dejando a su esposa e hija con una herencia secreta que amenaza con destruir sus vidas.

Problemas con el alcohol y depresión

A pesar de que el actor británico se encuentra totalmente recuperado, ha reconocido en alguna ocasión que ha lidiado con problemas de alcoholismo como consecuencia de episodios depresivos que le acompañaban desde la adolescencia. En 2006 tocó fondo precisamente cuando comenzaba a hacerse un nombre en Hollywood gracias a Misión Imposible III.

“No era feliz, estaba perdido y era un alcohólico. Fueron mis años de crisis. No estoy orgulloso de ello. No creo que sea algo genial, ni mucho menos. Simplemente fue una experiencia terrible", comentó Simon Pegg el año pasado en una entrevista con The Guardian, aunque afortunadamente fue capaz de reconducir su vida.