No es un término oficial, pero si oficioso. Acuñado por Paul Zimmet, prestigioso profesor de la Universidad de Monash (Melbourne, Australia) y consultor permanente de la Organización Mundial de la Salud, pretende aglutinar dos patologías ya de por sí preocupantes que, cuando confluyen, suponen un verdadero riesgo para la salud. Y por desgracia la ‘diabesidad’ es un término convertido en pandemia hoy en día.

Y es que, según los datos que maneja la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), se estima que más del 80% de los pacientes diabéticos tienen sobrepeso y hasta un 60% son obesos. Si a ello unimos el hecho de que la diabetes tipo 2 es una enfermedad de las denominadas silenciosas puesto que uno puede padecerla sin ser consciente y que la prevalencia de la obesidad en España se sitúa alrededor del 23% no es de extrañar que una vaya, en gran medida, asociada a la otra. Aunque en este caso, la obesidad suele ser el desencadenante.

“El sedentarismo y el alejamiento progresivo de la dieta mediterránea y la cocina tradicional han dado lugar a una dieta basada en productos precocinados, alimentos envasados y comida rápida que favorece la obesidad”, señala el doctor Javier Carrasco, coordinador del Grupo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la SEMI, que enumera los posibles riesgos. Que no son pocos:

· Alteraciones metabólicas como la diabetes.

· Hipertensión.

· Dislipemia.

· Hipogonadismo masculino.

· Infertilidad.

· Afectación osteoarticular.

· Apnea del sueño.

· Cardiopatía isquémica.

· Ictus.

· Insuficiencia cardíaca.

· Hígado graso.

· Algunos tipos de cáncer.

· Trastornos del aparato locomotor.

Diabetes tipo 2

A su vez, la diabetes tipo 2 también puede originar serias complicaciones graves para la salud debido a los daños que los niveles elevados de glucosa en la sangre provocan, afectando considerablemente a la calidad de vida de las personas que la padecen.

· Retinopatía diabética.

· Enfermedades cardiovasculares.

· Trastornos cutáneos.

· Nefropatía diabética

· Neuropatía diabética

· Amputación de miembros.

Así pues, se entiende la preocupación existente entre la comunidad sanitaria, que incluye a profesionales, autoridades y organismos de carácter público y privado por combatir la obesidad y evitar que alcance el calificativo de ‘diabesidad’. “La prevención de esta epidemia, también muy preocupante en la infancia, pasa por volver a los hábitos de comida tradicionales, abandonar el sedentarismo y hacer ejercicio, caminar hasta el trabajo o el colegio, jugar en la calle y promover la alimentación saludable en colegios y otros lugares públicos, entre otras”, concluye el doctor Javier Carrasco.