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NUTRICIÓN

Cuidado con la publicidad dirigida a tus hijos porque querrán comer lo que ven

Un estudio del Dartmouth-Hitchcock Medical Center (EEUU) pone el dedo en la llaga sobre la influencia que la publicidad de alimentos de dudoso valor nutricional ejerce sobre los más pequeños.

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Hay que tener mucho cuidado con la publicidad que consumen los más pequeños del hogar en general, y en materia de alimentación en particular. Porque muchas veces los estímulos que reciben son inadecuados y hay es donde la figura de los padres debe erigirse como ganate de su salud y bienestar. Un ejemplo es el que ha destapado un estudio a cargo de expertos del Dartmouth-Hitchcock Medical Center (EEUU), cuya investigación ha confirmado la influencia de la publicidad de cereales azucarados dirigida a niños preescolares, el aumento de su consumo y el impacto que puede tener sobre su salud.

Los resultados del estudio, publicados en 'American Journal of Preventative Medicine' , confirman que los niños que estaban expuestos a anuncios de televisión de cereales de alto contenido en azúcar emitidos en los canales y programas que veían eran más propensos a consumirlos. Una tendencia contra la que los padres en ocasiones no pueden luchar porque es difícil no satisfacer las demandas de sus hijos y tampoco tienen la información suficiente como que la decisión de compra sea lo más saludable posible. O directamente lo ignoran.

"Uno de los factores que contribuyen a las dietas de peor calidad de los niños es el marketing de comida nutricionalmente pobre dirigida a ellos. Las marcas apelan directamente al deseo de los niños en los anuncios sabiendo que pedirán a sus padres esos productos", asegura la doctora Jennifer Emond, principal autora del estudio.

Un problema de salud

Y es que se trata de un tema de innegable importancia porque un consumo excesivo de azúcar es un factor de riesgo para el desarrollo de diabetes, que a su vez puede provocar la aparición de varios tipos de cánceres, entre otras consecuencias nocivas para la salud. Si a ese hecho añadimos el problema del sobrepeso y el cada vez más preocupante sedentarismo, el cóctel no es nada halagüeño.

Y se da la circunstancia de que los hábitos de comida de los niños que se desarrollan y adquieren durante su edad preescolar, se mantendrán en su adolescencia y cuando sean adultos. Por ello, es necesario mantener un control estricto y predicar con el ejemplo.