Los afectados por la enfermedad de Lyme tienen un nuevo motivo para la esperanza. Y es que una investigacion a cargo de la Escuela de Salud Pública 'Johns Hopkins Bloomberg' (Maryland, EEUU) ha descubierto que los aceites esenciales de ajo y otras hierbas y plantas medicinales comunes muestran una fuerte actividad contra la bacteria causante de la dolencia, que no es otra que la Borrelia, transmitida principalmente por la picadura de una garrapata.

La enfermedad de Lyme puede convertir la vida de quien la sufre en un verdadero infierno que comienza con la incertidumbre en cuanto al diagnóstico, pues no siempre es inmediato. Además, puede llegar a ser incapacitante puesto que se manifiesta con dolencias de tipo neurológico y locomotor. Así pues, puede cursar con fiebre, dolor de cabeza, dolor corporal, rigidez, cansancio, afectación visual, mareos o náuseas, entre otros síntomas, y es especialmente desconcertante porque reproduce síntomas de enfermedades diferentes como la fibromialgia o la artritis reumatoide.

Normalmente, el tratamiento se aborda desde la farmacología pero sus síntomas pueden cronificarse si no se tratan lo antes posible con antibióticos como la doxiciclina. Y es en este punto donde el estudio publicado en la revista 'Antibiotics' adquiere una relevancia especial, ya que según sus autores los aceites esenciales procedentes de dientes de ajo, mirra, hojas de tomillo, corteza de canela, bayas de pimienta de Jamaica y semillas de comino son incluso mejores que los antibióticos estándar para matar las formas persistentes de la bacteria Lyme.

La enfermedad puede combatirse eficazmente en una fase temprana mediante los antibióticos, que suelen eliminar la infección y resolver los síntomas. Sin embargo, entre el 10 y el 20 por ciento de los afectados sigue sufriendo los estragos de la enfermedad por lo que la acción de los aceites esenciales de ajo y otras hierbas y plantas medicinales comunes podrían ser determinantes, aunque los investigadores, cuyo estudio se encuentra en una fase temprana, esperan realizar los pertinentes ensayos clínicos para confirmar su hallazgo.

El caso de Avril Lavigne

La cantante canadiense, que ha regresado a la vida pública a sus 34 años, ha vivido un auténtico calvario como consecuencia de la enfermedad. “He pasado los últimos años -cayó enferma en 2014- en casa luchando contra la enfermedad de Lyme. Esos fueron los peores años de mi vida mientras atravesaba batallas físicas y emocionales. Gracias por esperar tan pacientemente mientras he luchado y continúo enfrentándome a la batalla de mi vida. Llegué a aceptar la muerte, pero estoy recuperando mi vida. Necesito concienciar a todos sobre la gravedad de la enfermedad de Lyme. Una simple picadura puede fastidiarte la vida”, explicaba la cantante en una emotiva carta dirigida a sus fans publicada en septiembre.