Partamos de la base de que tomar zumo de limón, ya sea en ayunas o en otro momento del día, no es perjudicial. Nada más lejos de la realidad. Pero como asegura la enfermera Lola Montalvo, de la plataforma Salud Sin Bulos, el zumo de limón es mayoritariamente agua con el sabor refrescante derivado del limón que “no tiene un poder extraordinario”.

“Es un buen refresco que podría sustituir a los habituales tan ricos en azúcares, sobre todo al añadirle edulcorantes no azucarados. Agua y limón son dos alimentos saludables en el marco de una alimentación variada y equilibrada; y ese es el beneficio que supone tomar este preparado. No se debe sustituir ninguna comida del día por esta bebida, sus beneficios vendrán derivados de su ingesta entre comidas o como acompañamiento de otros alimentos”, añade Montalvo.

Y es que desde hace tiempo circulan informaciones que otorgan al zumo de limón ciertos beneficios excesivos que pueden llevar a la confusión y generar falsas expectativas entre la población ya que no es oro todo lo que reluce. Además, produce acidez en personas susceptibles al tomarlo en ayunas y puede llegar a estropear el esmalte de los dientes.

Propiedades del zumo de limón (en su justa medida)

• Hidrata: faltaría más que el agua con limón no hidratara, pero no lo hace más por el simple hecho de llevar limón.

• Infecciones urinarias: al zumo de limón se le atribuye la propiedad de evitar las infecciones urinarias, pero es un efecto de la vitamina C. Además, para que ese beneficio sea real se necesita una ingesta de 500mg/día y el zumo de 1 limón tiene 51 mg.

• Evita la formación de cálculos renales: su concentración en ácido cítrico tiene cierto efecto frente a un tipo de cálculos (los cálcicos), pero hay decenas.

• Fortalece el sistema inmunológico: otro beneficio real de la vitamina C frente a resfriados, pero como en el caso de las infecciones urinarias, la dosis de un limón es irrelevante.

• Cicatrización de heridas: al zumo de limón se le confiere la capacidad de acelerar el proceso de cicatrización por la acción, una vez más, de la vitamina C. Y ya sabemos en qué cantidad está presente y las elevadas dosis necesarias.

El zumo de limón y sus propiedades adelgazantes

Hay quien otorga al zumo de limón la capacidad de prevenir o curar la obesidad pero no es cierto. Como tampoco lo es el hecho de que esta bebida refrescante en sí misma nos haga adelgazar porque contiene pectina, una sustancia saciante. Pero la realidad es que el limón al ser exprimido pierde gran parte de esa sustancia y lo que de verdad nos sacia es el volumen de agua que ingerimos.

Tampoco se ajusta a la realidad la afirmación que atribuye al zumo de limón la capacidad de prevenir enfermedades cardiovasculares, equilibrar el pH corporal o eliminar toxinas del organismo. El cuerpo tiene su propio proceso tanto para regular el pH como para eliminar toxinas y el zumo de limón nada tiene que ver al respecto.

El zumo de limón no previene el cáncer

Quizá uno de los bulos que más daño hace por la implicaciones que tiene. Y no, el zumo de limón no previene el cáncer. Falso. Aunque sí se ha demostrado una asociación entre el consumo regular de frutas (enteras), legumbres y vegetales a diario frente al desarrollo de ciertos tipos de tumores en general y digestivos en particular, el zumo de limón no tiene un poder anticancerígeno extraordinario.

Como indica otro integrante de Salud Sin Bulos, el doctor Guillermo de Velasco, “el limón, al igual que otros cítricos, han demostrado que pueden tener un efecto beneficioso sobre las células tumorales. El problema es que por desgracia la formación de tumores es extremadamente compleja y el efecto de un solo elemento no es suficiente para prevenir o curar el cáncer”.

Así pues, como indicábamos al principio, si eres de aquellos que habitualmente toma zumo de limón, no dejes de hacerlo ya que agua y limón son dos alimentos saludables en el marco de una alimentación variada y equilibrada y su ingesta aporta beneficios obviamente, pero no tiene las propiedades milagrosas que algunos le atribuyen.