La evidente transformación física de Lebron James: mejora con los años como el vino
El jugador de los Lakers cuida al milímetro todos los detalles referentes a su preparación, lo que le ha permitido llegar en plenitud de condiciones a una edad en la que muchos sufren un claro declive.
Lebron James es como el buen vino que tanto le gusta: mejora con los años. Su historia es la de uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto que ha tenido que adaptarse a las circunstancias para alargar sus días de gloria. Sin ir más lejos, en su última temporada en Cleveland, con 33 años, el de Akron (Ohio) disputó los 82 partidos de la temporada regular por primera vez en su carrera con unos números que rozaron la excelencia.
A una edad en la que muchos sufren un claro declive, Lebron James elevó su nivel de juego un escalón más gracias a una preparación física envidiable y a unos hábitos alimenticios enfocados a perder peso y aligerar la carga para mejorar el rendimiento. Aunque no siempre fue así. El punto de inflexión se produjo al término de la temporada 2013-2014, después de que James se presentara al incio de esa pretemporada probablemente en la peor forma física de toda su carrera tras proclamarse campeón de la NBA con Miami Heat en la temporada 2012-2013 y casarse ese verano con su novia de toda la vida, Savannah Brinson.
Dieta estricta
Pero consciente de que esa situación no podía volver a producirse comenzó su transformación. Y en el verano de 2014 tras “un cambio de mentalidad adopté una dieta muy estricta”. “No tomo azúcar, productos lácteos ni carbohidratos. Solo como carne, pescado, verduras y fruta. Pensaba hacer esta dieta durante un mes, pero mi cuerpo se siente muy bien y la he seguido durante más de dos meses”, aseguró Lebron James cuando fue cuestionado sobre su nueva apariencia al inicio de la temporada 2014-2015, en la que se presentó con al menos 6 kilos menos. Mucho si tenemos en cuenta que no tenía sobrepeso precisamente..
Antes y despúes de los partidos
Además, Lebron James también tiene un plan, para antes y después de los partidos. “Antes de un partido puedo comer una pechuga de pollo y tal vez un poco de pasta. Los carbohidratos ayudan en estas circunstancias porque salgo a la cancha y tengo que jugar muchos minutos. Pero también puedo estar listo para jugar después de comer una ensalada y algunas verduras, complementadas con un batido de proteínas y algo de fruta. Tras la conclusión de un choque, principalmente me rehidrato para recargar mis niveles de glucógeno y hago comidas muy similares a lo que tomo antes de los partidos”, explica ‘King’ James.
Temporada regular y play off
De igual forma, el jugador de los Lakers también hace distinciones si está en plena temporada regular o en los play off. “Durante la temporada regular puedo tomar azúcares, pero cuando llegan los play off dejo de tomarlos porque ralentizan la recuperación y aumento la ingesta de carbohidratos porque necesito mucha energía. A mi me funciona”, asegura el jugador de los Lakers, que no deja ningún detalle al azar.
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