Tener más luz por la mañana, a cambio de que el sol se ponga antes. Ese es el resumen del cambio de horario que tendrá efecto en la madrugada del sábado al domingo (27 a 28 de octubre) mediante el cual a las 03:00 am habrá que retrasar el reloj a las 02:00 am para entrar en el denominado horario de invierno por lo que además podremos dormir una hora más solo. Un ritual con décadas de historia que parece tener los días contados. ¿Cuándo abandonaremos el modelo actual? Esa es otra cuestión.

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En teoría, la Comisión Europea planteó en septiembre eliminar el cambio de hora ya para 2019, es decir, a partir del próximo año cada Estado podrá decidir antes de abril si desea mantener el horario de invierno o el de verano. El problema es que ahora los gobiernos de la Unión Europea sopesan pedir formalmente el retraso hasta el año 2021 del fin del cambio de hora bianual propuesto con el fin de disponer de más tiempo de adaptación.

En cualquier caso, lo que sí es seguro es que esta madrugada los relojes se retrasan dejando a un lado el debate sobre el ahorro energético, la armonización de horarios, la seguridad vial o las condiciones de trabajo, entro otros, y, más allá de la hora de sueño extra, nuestro organismo no termina de encajar bien esa hora de desfase. Al menos durante los primeros días.

¿Qué ocurre exactamente?

· Los ritmos circadianos son oscilaciones de difrentes variables biológicas en intervalos regulares de tiempo. En lo que al sueño se refiere, la alteración del ritmo circadiano provoca disfunciones en nuestro reloj interno. Así, el organismo produce menos melatonina, que es una hormona que facilita el sueño y regula los estados de vigilia según la luz solar.

¿Qué conlleva el cambio de hora?

· Los cambios que se producen en nuestro cuerpo son leves.

· Tienen un carácter transitorio (entre 48 y 72 horas).

· Aumenta nuestra sensación de cansancio.

· Puede costarnos conciliar el sueño adecuadamente.

· Estamos más irascibles.

· Experimentamos dificultades en la concentración y atención.

· Puede provocar estrés.

· Los niños y ancianos se adaptan peor.

¿Qué podemos hacer?

· Retrasa la hora de acostarte quince minutos cada día durante una semana.

· Levántate un poco más tarde en la medida de lo posible.

· Es aconsejable adaptar el horario de comidas y cenas progresivamente al nuevo horario.

· No incluyas la siesta como solución.

· La luz solar hará que el recuperes sensaciones. Intenta que te den los rayos del sol.

· No tomar medicamentos para dormir.

· Evitar las bebidas alcohólicas y las que contengan cafeína.

· Conviene estar bien hidratados.

· El ejercicio físico también te ayudará a activar el cuerpo.

· Luces brillantes de móviles o portátiles en los momentos anteriores a entrar en la cama no son aconsejables.

¿Horario de invierno o de verano?

Por último, si te preguntas qué horario nos beneficia más o nos perjudica menos, la Soceidad Español del Sueño (SES), en base a las evidencias científicas esxitentes, no deja lugar a dudas. "El horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, algo que contribuye a mejorar el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir la aparición de diversas enfermedades como las cardiovasculares, obesidad, insomnio y depresión", asegura la institución.

De igual forma, según estudios recientes elaborados en la Universidad de Murcia (UM), el horario de invierno en España es el que permite una mayor sincronía entre la salida del sol y el inicio de la jornada laboral y escolar; y el que propicia tener una mayor exposición a la luz solar durante esa jornada. Así, facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural, que coincide con el amanecer.