Un niño de once años ha estado a punto de perder la vida después de participar, incitado por un grupo de adolescentes, en un reto viral conocido como ‘Roundabout of death’ que, sin ser nuevo, es igual de dañino y absurdo que tantos otros que circulan por la red. El pequeño, que fue abandonado a su suerte después de quedar inconsciente, fue trasladado al hospital gracias a la rápida intervención de otro joven que pasaba por allí, que fue inmediatamente consciente de la gravedad de la situación y alertó a los servicios sanitarios, que trasladaron al niño al Queen’s Medical Centre de Nottingham, donde se recupera de sus lesiones.

Al parece, Tyler Broome, así se llama el menor, participó en el mencionado reto que consiste en permanecer encima de un carrusel, de los muchos que hay en los parques infantiles, mientras unos desalmados, que hicieron gala de su cobardía al huir del lugar de los hechos, incrementaban la velocidad de dicho carrusel ayudados por una motocicleta. Tyler llegó al hospital con lesiones cerebrales y síntomas que los médicos que le atendieron, que no descartan secuelas, no habían visto con anterioridad.

Una madre indignada y furibunda

El suceso fue hecho público por la propia madre del pequeño, Dawn Hollingworth, que compartió en su cuenta de Facebook las imágenes del suceso y el estado en el que había quedado su hijo, no sin pedir abiertamente que cesen este tipo de retos que son nocivos para la salud.

“A todos los blogueros de Youtube que siguen publicando bromas peligrosas que los niños de11 años piensan que son divertidas, quiero mostrarles cuál es el resultado. Dejad de publicar este tipo de contenidos. Mi hijo permanece en el hospital con el riesgo de sufrir un derrame cerebral si la hinchazón de su cabeza no se reduce y liberar así la presión. He publicado este video con la esperanza de que los niños lo vean y no repitan esta broma. Podría perder fácilmente a mi hijo esta noche y no querría que ningún padre pasara por lo que mi familia está pasando esta noche”, aseguraba la madre desconsolada.

“A la escoria que se llaman a sí mismos amigos, que rieron bien fuerte cuando mi hijo se desmayó y al que dejaron abandonado, quiero decirles que la policía y yo sabemos perfectamente quienes sois. El chico de la motocicleta, que es casi un adulto y no diré su nombre, corrió como un bebé”, añadía la madre no sin grandes dosis de rabia.

Así pues, desde aquí pedimos una vez más, un poco de sentido común. Hay muchas formas de divertirse que nada tienen que ver con poner en peligro la propia vida o la de los demás. No merece la pena exponerse de semejante manera y no hay nada de excitante en grabarlo y difundirlo. El resultado puede ser fatal.