Otro ejemplo más del ideal del sueño americano. Inagotable concepto que cada día nos sorprende con una nueva muestra de que en Estados Unidos casi cualquier cosa es posible. Como inscribirte en un reality show con el objetivo de ser atleta olímpico y representar a tu país si eres capaz de superar los exigentes retos y a un número elevado de contrincantes que también buscan la gloria olímpica.

En este caso, como informa The New York Times, no se busca al mejor cocinero, a la voz más portentosa o a quién resiste mejor los estragos de habitar una isla desierta como estábamos acostumbrados hasta la fecha. 'The Next Olympic Hopeful' busca a deportistas anónimos que representen a Estados Unidos en algunas disciplinas tan dispares como levantamiento de pesas, remo, rugby, canoa/kayak, ciclismo, trineo simple, bobsleigh y boxeo.

Lo que supone una gran oportunidad para los esperanzados participantes, quizá esconda un problema de detección de talento por parte del Comité Olímpico de Estados Unidos, que ha encontrado a través de esta iniciativa, a medio camino entre el negocio y el deporte, la solución a sus problemas.

Transferencia de talento

El concurso se basa en el concepto de ‘transferencia de talento’ por lo que es posible que algún participante ingrese en el mismo pensando que es un gran boxeador y acabe despuntando como ciclista. En cualquier caso no es algo nuevo y ya se has visto con anterioridad ejemplos en el deporte: la velocista Lolo Jones compitió en bobsleigh en Sochi 2014 y las hermanas escocesas Galashan, gimnastas, dieron el salto, nunca mejor dicho, a la natación.

De momento, a la espera de conocer quiénes son los ganadores en esta edición, parece que la iniciativa funciona a tenor de los resultados obtenidos por Josh Williamson, uno de los seleccionados en 2017. De jugador de lacrosse lastrado por las lesiones a nueva esperanza americana del bobsleigh, que participará, si no sucede nada raro, en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán en Pekín en 2022.

Y como todo lo que toca Estados Unidos se convierte en oro, no sería de extrañar que otros países, incluido España, hagan suya la idea y desarrollen sus propios concursos para detectar talentos ocultos. Si ha sucedido con cocineros, cantantes, modelos o modistas, ¿por qué no habría de funcionar con deportistas?