El mercado de insectos comestibles y su consumo está en auge en los últimos tiempos en Europa y Estados Unidos. Mientras los primeros tratan de ponerse de acuerdo sobre el marco legal que permita su comercialización e ingesta con todas las garantías, los segundos comienzan a reunir evidencias científicas sobre los beneficios de su incorporación en la dieta.

Un ejemplo es el ensayo clínico publicado en la revista 'Scientific Reports' a cargo de investigadores del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad de Wisconsin-Madison, que ha demostrado que consumir grillos puede ayudar a fomentar el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas y reducir la inflamación en el cuerpo.

Los insectos suponen una fuente de proteínas, grasas, vitaminas, minerales y fibras, diferentes de la dietética, sostenible que además es respetuosa con el medio ambiente, en comparación con el ganado tradicional. Y puesto que cada vez necesitamos y consumimos más recursos, no es descartable que acabemos familiarizándonos con ellos y formen parte de nuestra dieta.

El estudio, en el que participaron 20 hombres y mujeres sanos entre los 18 y los 48 años, expone que los sujetos no informaron de cambios gastrointestinales significativos o efectos secundarios y los investigadores no encontraron evidencia de cambios en la composición microbiana general o cambios en la inflamación intestinal.

Sí que vieron un aumento en una enzima metabólica asociada con la salud intestinal, en la abundancia de bacterias intestinales beneficiosas como 'Bifidobacterium animalis' y se percataron de una disminución en una proteína inflamatoria en la sangre llamada TNF-alfa, que se ha relacionado con otras indicadores de bienestar, como la depresión y el cáncer.

Situación en España

Actualmente, la situación que se vive en España es de cierto desconcierto. Si bien el 1 de enero de 2018 entró en vigor una actualización del reglamento relativo a los nuevos alimentos que sí contempla a los insectos, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) aboga por la prudencia a pesar de que en varios países de la Unión Europea como Francia, Holanda o Bélgica, y también en el Reino Unido, ya existe una auténtica industria que los explota. Y es que todavía hay que avanzar en las evidencias y garantías sobre la conveniencia de su consumo.

Aunque no es una moda o un fenómeno nuevo ya que en muchos países como México, Estados Unidos, Tailandia, China o Brasil, es una costumbre bastante arraigada por lo que, como comentábamos antes, existe una posibilidad real de que esta tendencia se acabe imponiendo por cuestiones nutricionales y sostenibles.