A pesar de la obstinación de gobernantes como Donald Trump que miran hacia otro lado en lo que a cuestiones medioambientales se refiere, la concienciación en el resto del planeta, o en la mayor parte, sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes da como resultado pequeñas contribuciones que ayudan a la causa y buscan el beneficio de nuestra salud.

Es el caso del acuario de microalgas que próximamente será instalado en la ciudad serbia de Smederevo, a unos 50 kilómetros de Belgrado y que, a modo de ‘fotobiorreactor urbano’, produce oxígeno y limpia el aire de contaminación. Especialmente efectivo para contrarrestar la gran emisión de dióxido de carbono en el centro de las ciudades, que muchas veces no cuentan con la vegetación necesaria para hacerlo, los creadores han concebido un diseño moderno y compacto para mantener el aire más limpio.

Si bien la idea de incorporar este recurso al paisaje urbano procede del Instituto de Investigaciones Multidisciplinares de Belgrado, el uso de microalgas con fines anticontaminantes procede de Suecia, lo que da una idea de lo extendida que está la preocupación por la emisión de gases, su incidencia en el medioambiente y por consiguiente, en nuestra salud.

Espacio reducido, grandes beneficios

Además, la lógica del proyecto denominado ‘LIQUID3’ es aplastante y cuesta no aplicarla. Para poder hacerse una idea de su utilidad, en apenas tres metros cuadrados, el espacio necesario para su montaje, se dispone de una solución equivalente a un césped de 400 metros cuadrados o dos árboles ‘adultos’ en lo que a capturar CO2 y liberar oxígeno se refiere. Además, es autosotenible y genera biomasa que puede ser usada o vendida como fertilizante de calidad.

El dispositivo, que en ningún momento pretende sustituir a las necesarias zonas verdes, está concebido para áreas de alta contaminación, carreteras concurridas, cercanías de centrales térmicas, plantas industriales o en zonas de densa población. Dependiendo de aspectos como el tipo de contaminación o las temperaturas a lo largo del año, es necesario utilizar una variedad adecuada de microalgas por lo que los esfuerzos también se centran en el hallazgo de algas más robustas.

Innovación que suma

Sin duda una innovación arquitectónica con infinidad de posibilidades que esperamos ver pronto en muchas ciudades del mundo y que suma en el objetivo de reducir las emisiones de gases contaminantes y crear un entorno más limpio. Aunque, como siempre, son los gobiernos y principales industrias contaminantes los que deberían redoblar esfuerzos y dejar de mirar hacia otro lado. Nos va la vida en ello.