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Sí es posible hacer la dieta cetogénica en vacaciones

Te damos las claves para entender en qué consiste y cómo realizarla también en verano, cuando conciliar las vacaciones, la vida social y los buenos hábitos alimenticios puede parecer casi imposible.

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dieta cetogénica
Thitaree Sarmkasat Getty Images

Llevar una dieta durante el verano es un reto complejo. No es fácil y en ocasiones puede llevar al traste el trabajo que has estado realizando durante meses. La dieta cetogénica clásica está compuesta principalmente por grasa (80 % - 90 %), y el resto son proteínas (8 % - 15 %) y, en pequeñas cantidades carbohidratos (2% - 5%).

El objetivo de esta dieta es imitar el estado de ayuno en el cuerpo sin afectar su capacidad de crecimiento. Al limitar la cantidad de carbohidratos y proteínas, la energía llega de la grasa acumulada en el cuerpo.

Intentar llevar una dieta cetogénica en verano puede ser sencillo si te organizas bien y llevas en tu mente lo que tienes que comer. El pescado será tu mejor aliado y en casi todos los lugares hay variedad para comer sano. Además, la globalización y la cocina internacional en todas partes te puede permitir consumir lo que necesitas sin estar en casa.

Característica de la dieta cetogénica

-No es una dieta relámpago ni de efecto yo-yó. Se practica desde 1920, los médicos la recomendaban a pacientes enfermos, obesos y con problemas de epilepsia.

-Estado de cetosis. Que se consigue reduciendo sustancialmente la ingesta de carbohidratos; de este modo, el cuerpo busca otras fuentes de energía y empieza a quemar más grasa y a producir más cetonas, las cuales contribuyen al metabolismo energético y disminuir la sensación de hambre.

-Consumo de alimentos ricos en grasas. Provenientes del aceite de oliva, del aguacate, los frutos secos o el pescado graso. Por supuesto, evitar las grasas procesadas que provocarían efectos adversos en la salud. El cuerpo depende de la grasa que obtiene de la alimentación y de la grasa corporal, lo que deriva en una pérdida de peso rápida pero estable. La dieta cetogénica actúa especialmente bien reduciendo la grasa abdominal.

-No olvidar las verduras. Siempre y cuando no contengan almidón; aportarán las vitaminas y minerales que necesita el cuerpo para un correcto rendimiento. Apuesta por la acelga, el apio, la berenjena o el brócoli y evita el maíz o la calabaza, ya que dificultan el proceso de cetosis.

-Una buena hidratación. También es importante el consumo, aunque comedido, de sal para asegurar una ingesta adecuada de potasio, magnesio y otros electrolitos que ayudan en la digestión y en funciones musculares y celulares que intervienen en el sueño, la energía y el estado de ánimo.

-Otros beneficios. Se ha demostrado que la dieta cetogénica disminuye la inflamación, reduce la posibilidad de sufrir cáncer estomacal y hay estudios que la asocian a la longevidad.

Salir a comer fuera se asocia a excesos pero cada vez son más los restaurantes que ofrecen opciones saludables compatibles con la pérdida de peso. “Fórmulas como el ceviche tienen cada vez más presencia en las cartas de los restaurantes y preferencias de los comensales. A pesar de su alto aporte de proteínas, tiene bajo valor energético lo que lo convierte en una excelente opción cuando se quiere controlar el peso y el porcentaje de grasa. Además, cuando se come crudo hay que masticar más, lo que conlleva mayor saciedad y mejor digestión de las comidas”, afirman desde la cocina del restaurante Montes de Galicia.

Un plato perfecto para incluir en la dieta cetogénica y que cuenta Juanyta me mata!, es el atún rojo, “es uno de los pescados más beneficiosos para la salud; es rico en ácido graso y Omega 3 y en vitaminas del grupo B, mejora las funciones cerebrales y es bajo en calorías”. Le añaden perlas de wasabi que tienen propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y anticancerígenas.