El tupper es más que un clásico de las madres y las abuelas, es un método para ahorrar, comer sano, vigilar cada detalle si estás a dieta y controlar las cantidades.

Entre las ventajas de comer de tupper en el trabajo destacamos:

Fruta siempre a punto: puedes partir fruta por la noche, que no se oxide, o dejarla con gotas de limón, y al levantarte ya tendrás un plato perfecto y saludable. Sano, y que podrás utilizar tanto en la oficina, en la universidad, en casa, para llevar al campo, de excursión.

El tupper de emergencia: si, siempre debes tener un tupper de emergencia. Ya sea de pasta que hiciste un día y has congelado, de carne hecha y congelada en la nevera, unas lentejas, o incluso paella o caldo, siempre funciona, y te salva de más de un apuro. Además, que cuando no sabes qué hacer, y encuentras un caldo de cocido o de pescado, es más que genial poder cenar una sopa sana y que ya hiciste.

Las sobras: tu gran aliado. Cocinar siempre un poquito más te ayudará a organizar comidas si trabajas mucho o estás en época de exámenes. Ya sea cuando haces paella, fabada, carne guisada… pensar en hacer como si fuera un plato más y congelar o utilizar para otro día es una manera de ahorrar, comer sano, llevar al trabajo sin preocuparte de gastar en un menú del día, o de contar calorías.

Lo mejor para la dieta: si estás a dieta y debes medir y pesar cantidades, mejor tenerlo todo organizado. Te permitirá perder peso sin caer en tentaciones, y llevar los menús sin saltarte ningún día.

Adiós a la pereza: en verano es un horror estar en la cocina, por eso abrir la nevera y tenerlo todo organizado por días es una gran ventaja. Puede que estés uno o dos días cocinando y preparando menús, y devanándote los sesos, pero el trabajo merecerá la pena. Ganarás en tranquilidad y en tiempo, que suele ser la mejor de las ventajas.