“La mayoría del tiempo vivimos en piloto automático dejándonos llevar”
Aplicar el coaching a la alta competición es realmente beneficioso, no sólo a nivel profesional como personal, especialmente para los deportistas que no viven su orientación sexual abiertamente.
El coaching es una de las disciplinas que más pueden ayudar a los deportistas de la alta competición a focalizar objetivos, a visualizar éxitos, a trabajar la concentración. Para todo el mundo es una técnica muy positiva, pero más cuanta más presión tienes en tu trabajo.
Si a un trabajo tan público como es el deporte le añadimos la presión por no vivir abiertamente la orientación sexual de cada uno libremente, todo se complica. Hablamos con Javier Martínez Madrid, periodista, escritor y coach especializado en el colectivo LGTBIQ+.
El coaching es cada día más necesario en nuestro mundo, ¿ayuda al deportista de élite a focalizar el objetivo, relajarse, centrarse?
El factor mental cumple un papel muy importante en el máximo rendimiento de un deportista de élite. Por ello, es clave que además de trabajar toda la parte física con un entrenador, cuente también con un coach con el que entrenar el cerebro. De este modo, puede conseguir que el diálogo mental juegue a su favor para cambiar los pensamientos que le limitan, superar los miedos, aumentar la confianza y centrarse en sus objetivos. En definitiva, gracias al coaching, un deportista puede sacar a la luz la mejor versión de sí mismo y darlo todo de manera eficaz.
Cuando hace años Butragueño comentó que practicaba yoga,o Benito Floro puso un psicólogo al Real Madrid todo el mundo se sorprendió. Ahora toda ayuda es poca para conseguir objetivos, ¿es un gran paso reconocer que todos necesitamos ayuda para tener éxito?
Es un paso gigante, tanto para los deportistas de élite como para cualquier persona. Ten en cuenta que la función básica de nuestro cerebro es mantenernos a salvo. Le da igual que no seamos felices o que no consigamos nuestros objetivos. Ese es el motivo por el que la mayoría del tiempo vivimos en piloto automático dejándonos llevar por el incesante torrente de pensamientos, muchos de los cuales nos limitan y coaccionan.
Estamos tan acostumbrados a que esto sea así que muchas veces ni nos planteamos que puede ser de otra manera. Gracias al coaching y a diferentes técnicas como son, por ejemplo, la meditación o las visualizaciones, podemos entrenar la mente, del mismo modo que entrenamos el cuerpo, para conseguir una mejor gestión de nuestras emociones y centrarnos en los que realmente queremos en la vida. O lo que es lo mismo, para que la mente reme a nuestro favor en lugar de ir en contra.
Estás enfocado al colectivo LGTBIQ+, ¿crees que los deportistas que aún no se deciden a vivir plenamente necesitan más apoyo?
En general, sí. Con indiferencia de cuál sea su objetivo, en un proceso de coaching trabajamos con la totalidad de la persona y las diferentes áreas de su vida, ya que todas están conectadas. En el caso de un deportista LGTBIQ+ que permanece en el armario, ya sea personal o públicamente, hay que trabajar con esas creencias que le están impidiendo vivir su orientación o identidad sexual libremente.
Podemos encontrarnos con aspectos como falta de aceptación, carencias de autoestima, consecuencias de LGTBfobia, miedos más o menos irracionales, etc., de los que hay que adquirir conciencia para lograr superarlos y, en consecuencia, ser más felices y rendir al máximo para alcanzar las metas propuestas.
¿Cómo puede afectar en la alta competición no dar el paso?
Afecta, sin duda, negativamente. No poder comportarte de forma natural siendo tú mismo te hace sentir inseguridad y afecta directamente a la autoestima, lo que se refleja en el resto de áreas de tu vida, incluida la profesional. Al final se trata de vivir continuamente con un miedo a que descubran cómo eres en realidad y a las posibles consecuencias. Un miedo que impide que seas feliz y que puedas dar el 100% de ti mismo. La concentración es clave en alta competición y vivir a diario con un miedo de este tipo te desgasta mentalmente.
Vivirlo plenamente, como han hecho nadadores olímpicos años después.
Aceptar quién eres y vivirlo plenamente, sin ocultarte, conlleva quitarte un enorme peso de encima. Se trata de un proceso que no siempre es fácil y en el que hay que afrontar muchos obstáculos, pero una vez que se superan uno siente que puede con cualquier cosa. Y eso se refleja en el conjunto de la persona y sus resultados, tanto si se es deportista de élite como si uno se dedica a cualquier otra cosa.
¿Qué se necesitaría para normalizar más las diferentes opciones sexuales?
Sobre todo se necesita educación en la tolerancia y mucha información sobre diversidad sexual. Hay que seguir trabajando para que las personas LGTBIQ+ no se sientan bichos raros y puedan entender lo antes posible que su orientación o identidad sexual es exactamente igual de respetable que la heterosexualidad.
Un respeto que, al mismo tiempo, se debe inculcar al conjunto de la sociedad. Todos debemos trabajar en aceptarnos a nosotros mismos y a los demás, y en tener una mente bien abierta, libre de prejuicios y capaz de entender que cada persona es única y merecedora del máximo respeto.
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