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NUTRICIÓN

El por qué del aumento de las intolerancias alimenticias

La contaminación, llevar una dieta poco saludable, basada en comidas procesadas, y la propia composición de algunos alimentos aumentan el riesgo de padecer esta patología.

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El por qué del aumento de las intolerancias alimenticias

No hace falta ir a una guardería para ver varios menús diferentes según casi cada niño. Basta una vista a un supermercado para conocer la cantidad de ‘nuevas’ leches, o la carta de un restaurante para ver la señal de 'alerta, avísanos de cualquier alergia'. Y es que los casos de intolerancia alimentaria se han duplicado en nuestro país en los últimos diez años y algunos expertos incluso añaden que hay un 50 % de población afectada por esta patología, aunque la mayoría no es consciente de ello.

Este desconocimiento también se extiende a las causas que la provocan, ya que hay factores externos, como la mayor exposición de la población a los aditivos alimentarios, particularmente a los alimentos procesados, que también influyen en su desarrollo. No hablamos sólo de la genética, sino de otras sustancias presentes en el ambiente que también pueden desencadenar intolerancias de origen externo.

Factores de riesgo de las alergias e intolerancias

¿Qué causas externas provocan el desarrollo de las intolerancias alimentarias? El departamento médico de la aseguradora de salud Cigna ha analizado varios factores de riesgo que se podrían evitar, reduciendo así el peligro de padecer estos trastornos:

-alimentos procesados: se calcula que más del 60 % de los alimentos elaborados que consumimos contienen algún tipo de aditivo. Estas sustancias, que potencian la conservación, el sabor y la textura de los productos, se componen de moléculas artificiales que permanecen en el organismo y pueden provocar intolerancia. Concretamente, los sulfitos y la tartrazina son dos sustancias presentes en los alimentos procesados con alto riesgo de provocar problemas digestivos.

-contaminación ambiental: la presencia de sustancias tóxicas en el aire también es un factor de riesgo en el desarrollo de intolerancias alimentarias. Los productos petroquímicos, los herbicidas, además de los productos de limpieza y los residuos plásticos, aumentan la probabilidad de sufrir reacciones alérgenas en el organismo debido al contacto con los alimentos.

-composición de algunos alimentos: los elementos presentes en algunos alimentos naturales también pueden dar lugar a intoxicaciones alimentarias, aunque en la mayoría de los casos quedan inhibidas en el cocinado. Aun así, las personas más sensibles a padecer problemas digestivos sí que pueden verse afectadas por algunas de estas sustancias, como la solanina de las patatas, que actúa como pesticida natural, o las lectinas de las legumbres, que pueden permanecer en el organismo provocando problemas digestivos.

-deficiencias nutritivas por una mala dieta: las consecuencias de una dieta desequilibrada afectan al metabolismo y, por tanto, al desarrollo de intolerancias por la falta de vitaminas, minerales o antioxidantes. En este caso, los trastornos son el resultado de una carencia en la función protectora del sistema digestivo. Los excesos de comida basura, unidos al escaso consumo de carne y pescado fresco, además de frutas y verduras de temporada pueden provocar también intolerancia.

Algunas de las consecuencias más directas de este tipo de comportamiento son:

 -dolor de cabeza constante

-dolor de estómago de manera recurrente

-diarrea muy a menudo

-sobrepeso

-fatiga crónica

Los especialistas recomiendan que el paciente se someta a un estudio clínico personalizado, más conocido como el test de intolerancia alimentaria. Eso sí, este deberá estar siempre solicitado y supervisado por médicos o especialistas en nutrición que elaboren una dieta equilibrada y realicen un seguimiento.