La depresión post-parto parecía solo cosa de mujeres. Pese a que sus causas son desconocidas, los cambios en los niveles hormonales durante y después del embarazo pueden afectar el estado anímico de una mujer. Pero, ¿qué hay de los hombres? Parece que también, en menor medida, pueden sufrir esta patología.

Sobre ello se ha interesado una investigación sueca, que muestra que, en los últimos 10 años, un número significativo de hombres ha luchado con la transición a la paternidad. Esta última investigación intenta cuantificar cuántos hombres padecen depresión post-parto. Para ello, se realizó una pequeña muestra con 447 padres suecos que se ofrecieron como voluntarios.

Sorprendentemente, el 28% de hombres tuvo síntomas que puntuaron por encima de niveles leves de depresión. En general, el 4% tuvo depresión moderada. Menos de uno de cada cinco padres que estaban deprimidos buscaron ayuda, a pesar de que un tercio de ellos había pensado en hacerse daño.

La autora principal del estudio, Elisa Psouni, del departamento de psicología de la Universidad de Lund, dice que la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS) utilizada tanto para mujeres como para hombres “no es tan precisa para detectar la depresión en los padres”. Su investigación mostró niveles más altos de depresión en los padres porque agregó una puntuación más significativa de los síntomas de depresión "masculina" como agitación, ira, irritabilidad, trabajar más horas o beber demasiado alcohol.

Psouni cree que los padres se enfrentan cada vez más a los mismos dilemas que las madres, incluido intentar combinar la paternidad con el trabajo. Los padres que se deprimían a menudo tenían presiones externas, como problemas laborales, y si su pareja estaba deprimida, su propio riesgo de depresión se duplicaba. Asimismo, la falta de sueño, tener gemelos y conflictos en la relación podía contribuir.

La terapia conductual cognitiva puede ayudar, al igual que los antidepresivos. Si la depresión no es reconocida, dice Psouni, "una de las cosas más terribles es que uno se da cuenta un año después con lo que el primer año de vida de su hijo se ha ido y ya no volverá".