Rafael Nadal ganó el US Open, suma 16 Grand Slams y recupera el número 1 del mundo. Dicho así, parece fácil, sencillo, pero hasta llegar aquí ha pasado por una época regular, mala, buena y muy buena, como es la actual. Su éxito deportivo es un éxito personal. Y nos sirve de inspiración.

Lo que el éxito de Nadal nos enseña se estudia desde 2009 en las escuelas de negocios. En España, es Santiago Álvarez de Mon, profesor de IESE, quien enseña el caso de Rafa Nadal aplicado a altos directivos.

Las 5 claves de Nadal para triunfar

-fortaleza mental

-serenidad

-trabajo bajo presión

-disciplina

-esfuerzo

Son cinco, pero Nadal es mucho más. Tiene la fortaleza mental para no rendirse nunca. Para jugar siete horas ante Federer en una final en Wimbledon, o para cerrar un partido en menos de hora y media. Da igual que sea Federer, Anderson, Djokovic, Wawrinka o Ferrer. Juega igual ante todos y no minusvalora a nadie.

Siempre se muestra sereno. Puede tardar más o menos en cerrar un partido que le devuelva el número 1, todos sabemos que lo va a hacer, y esa serenidad descoloca a sus rivales. Esa serenidad que transmite hace que su juego no se resista, sabe esperar y es constante.

Trabajar bajo presión no es fácil. Ha sido el número 1 y ha estado alejado de los mejores. Ha vivido lesiones y se ha recuperado. Ha escuchado infinidad de veces que su rodilla no daba más, que se iba a retirar, pero él siempre ha respondido con calma y juego. Su mejor juego.

La disciplina ha sido la clave de todo este trabajo. Entrenar sin parar, sabiendo cómo ha sido su mejor tenis y cómo puede volver a recuperarlo. Pero, sobre todo, capacidad de adaptación para jugar diferente y sorprender a los rivales. Nadie esperaba esta recuperación, nadie esperaba recuperar el número 1. Sólo su equipo y él mismo confiaban en volver. Y ha vuelto. Nadal es así. Nunca falla, nunca desfallece. Y eso lo hace más grande.

Su momento de debilidad

En el año 2010, con la separación de sus padres, confesó en su libro, “la continuidad que tanto había valorado en mi vida se había roto por la mitad, y el orden emocional del que dependía había recibido un golpe terrible".

Ha sido el único momento en que hemos visto la debilidad de Nadal, su familia, su pilar, algo totalmente lógico ante un caso de este estilo. Le permitió mostrarse débil, todos nos sentimos identificados, le entendíamos. Y, de nuevo, meses después, se recuperó.

El éxito deportivo de Nadal es un éxito que podemos aplicar todos a nuestra vida: confianza, serenidad, esfuerzo, disciplina, fortaleza mental.