Durante muchos años existía la leyenda de la baba de caracol y sus propiedades para la piel. Hoy hablamos de ciencia y nos basamos en el artículo de la prestigiosa revista científica “American Journal of Drugs in Dermatology”. Acaba de dar a conocer la eficacia de la tecnología IFC®-CAF (patentada en España), concretamente por Industrial Farmacéutica Cantabria, cuyo foco está en la reducción de los signos del envejecimiento. Un trabajo que ha sido realizado a través de un estudio liderado por la doctora especializada en dermatología Zoe Diana Draelos^.

Los huevos de caracol

El nombre completo es IFC®-CAF, un ingrediente cosmético rico en factores de crecimiento cuya función principal es ser un ‘activador’ de las células madre. Se obtiene a partir de los huevos de caracol en el centro especializado de IFC (CellHelix).

El activo es procesado biotecnológicamente y su eficacia cuenta con respaldo clínico y científico.

El estudio

El estudio fue liderado por la dermatóloga Zoe Diana Draelos y se puso en marcha con la colaboración de 40 individuos, con signos de envejecimiento facial moderado y severo. El protocolo anti-edad que utilizó la dermatóloga, objeto del estudio, consistió en la aplicación, dos veces al día, de la crema y el contorno de ojos Endocare Cellage®, ambos con el ingrediente patentado IFC®-CAF.

Tres meses después de comenzar el tratamiento, las arrugas de los 40 individuos disminuyeron notablemente.

-la tersura de su piel facial aumentó un 53 %

-la elasticidad un 39 %

-un 26 % la luminosidad.

El estudio viene a demostrar que el cuidado facial basado en la utilización de la línea Endocare Cellage® de Industrial Farmacéutica Cantabria, contribuye a una piel más joven y luminosa en un corto periodo de tiempo.

“Los resultados del estudio son importantes, no sólo en el avance del cuidado de la piel y el envejecimiento, sino también en la credibilidad de los productos cosmecéuticos” comentó María Vitale, Directora Médica de IFC.

Origen científico

La tecnología SCA ® factores de crecimiento nace de la preocupación por sus pacientes del doctor Rafael Abad, radioterapeuta del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Estos pacientes, sometidos a radioterapia, sufrían quemaduras muy graves debidas a la radiación a la que eran sometidos durante el tratamiento (radiodermitis) y que en muchos casos obligaba a suspender el mismo hasta que la piel se regenerara, con todas las consecuencias que acarrea la interrupción de un tratamiento oncológico.

Abad estuvo investigando con diferentes sustancias que regenerasen la piel de una manera rápida para que los pacientes pudiesen continuar con sus tratamientos lo antes posible, hasta que dio con SCA ®, secreción del Cryptomphalus Aspersa que demostró una rápida regeneración de la piel de estos pacientes.

También se ha demostrado su eficacia y evidencia clínica en el tratamiento de radiodermitis producida en la población de Chernobyl (Ucrania) debido al escape nuclear de 1986. Los resultados obtenidos fueron muy positivos, consiguiéndose una recuperación cutánea total y la desaparición de las molestias y el disconfort cutáneo.