España es el segundo en Europa, tras Reino Unido, según datos de la prestigiosa revista científica The Lancet, donde se identifica al 30% de los españoles como obesos o con sobrepeso. Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, las estadísticas abarcan a todos aquellos individuos que presentan un índice de masa corporal superior a 25, en el caso del sobrepeso, y por encima de 30, en el caso de la obesidad. Recordemos que el índice de masa corporal se obtiene dividiendo el peso por el cuadrado de la talla en metros.

La obesidad afecta a indicadores básicos del bienestar orgánico como el azúcar, el colesterol, los triglicéridos, entre otros, y puede producir episodios cardiovasculares severos. Tanto es así que se calcula que cada año mueren 2,8 millones de personas a causa de la epidemia.

En este contexto en el que no paran de confluir voces de alarma y de aparecer nuevos estudios, la cirugía bariátrica parece imponerse como la alternativa más eficaz para erradicar la epidemia. Hablamos de cirugías de reducción de estómago, balón gástrico o balón ajustable.

Cirugía estética reparadora

Según explica Jordi Mir, Cirujano Plástico, Estético y Reparador en Clínicas Dorsia, se trata de intervenciones quirúrgicas que no pueden contemplarse como un tratamiento individual, sino como parte fundamental de un proceso global, que contempla un seguimiento completo del paciente. Por eso se abarca no sólo el pre y post operatorio, sino, la posterior re-educación alimenticia, el diseño de un plan de ejercicio personalizado y una propuesta estética si el paciente así lo desea.

“La pérdida fulgurante de peso, de manera no controlada conlleva un cambio radical pero no feliz para muchas personas . Si no se supervisa y controla por profesionales especializados, adelgazar muy rápido puede conllevar desajustes en el metabolismo que impliquen severos riesgos para la salud”.

Además, las dietas exprés pueden producir el temido efecto rebote (recuperar más peso del perdido) y un descolgamiento severo de la piel. En cualquiera de ambos supuestos, el supuesto estado de felicidad asociado a la delgadez acaba reducido a un nuevo episodio de tristeza, a veces depresión, por lo inesperado.

Las zonas más intervenidas en cirugía estética tras una reducción de estómago u operación similar son el abdomen y la zona baja de la espalda, la cara interna de los muslos y la de los brazos. Además, añade el experto, “este tipo de intervenciones pueden generar un pérdida de los tejidos blandos faciales, con descolgamiento de los tercios medio e inferior”.

Lo más demandado son las abdominoplastias, lifting de brazos, de muslos y body lift, un tratamiento completo de cirugía de contorno corporal destinada a la reducción de los excesos sobrantes de piel y a recuperar el tono y elasticidad de la misma.