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NUTRICIÓN

Si estás obsesionado con comer bien igual eres ortoréxico

Si has dejado ir a una barbacoa porque no queráis comer carne; si has dejado de ir a casa de tu madre porque no querías comer sus guisos… tienes un problema.

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Si estás obsesionado con comer bien igual eres ortoréxico

Como todas las obsesiones, pensar todo el tiempo en lo más sano, lo más beneficioso, lo más limpio para nuestro organismo también tiene un nombre. La ortorexia es la obsesión por la comida sana. Fue definido en el año 2000 por Steven Bratman como un trastorno de la alimentación.

Esa obsesión o preocupación por la comida sana lleva a consumir exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas. Esta práctica puede conducir muchas veces a que se supriman la carne, la grasa y algunos grupos de alimentos que, en ocasiones, no se reemplazan correctamente por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales.

No está definido como trastorno al uso, al menos no diagnosticado y bien documentado, pero Bratman ha definido algunos parámetros para saber si somos o no unos obsesos de la comida sana:

-dedicamos más de 3 horas al día a pensar en la dieta.

-nos preocupamos por la calidad de los alimentos, dándonos igual si nos gusta comerlos o si disfrutamos.

-si no comemos bien no estamos felices, nuestra calidad de vida se ve menguada.

-podemos llegar a sentirnos culpables si no comemos lo que pensamos que deberíamos.

-cada día de la semana está escrupulosamente medido y programado en cuanto a alimentación se refiere.

-podemos llegar a aislarnos con nuestros grupos de amigos o familiares. No vamos a una barbacoa, no vamos a un cumpleaños, no queremos comer el día de Navidad, preferimos no ir el domingo a casa de la abuela.

Si a esto le añadimos que nos hemos convertido en unos expertos en cultivo ecológico, hemos dejado de utilizar nuestra vajilla tradicional y sólo nos enfocamos a recipientes de cristal o madera, y nos hemos vuelto unos expertos en raíces, hierbas, y otros aderezos extremadamente sanos… algo nos pasa. Todo con moderación es beneficioso, pero la obsesión por la comida sana es preocupante.